Criminalidad y escasez de inversiones, las lacras de El Salvador

El Banco Mundial (BM) ha querido escrutar la actual realidad salvadoreña a través de una encuesta entre diversos sectores locales y en ella concluye que la violencia criminal y la poca inversión social constituyen los principales problemas de esta nación centroamericana. Sin embargo, representantes de la sociedad civil consideran que tales resultados se quedan "cortos" frente a la inequidad y la actual falta de democracia.

La encuesta del BM fue efectuada entre siete grupos conformados por parlamentarios, empresarios privados, organizaciones no gubernamentales, alcaldes, medios de prensa, la comunidad internacional y funcionarios del Gobierno, a inicios del presente mes.

En uno de sus apartados, dice: "Un creciente crimen y violencia y un bajo nivel de inversión social representan los dos problemas económicos y sociales del país. Una lenta e inadecuada administración de justicia y un insuficiente consenso entre los actores políticos se colocan como los principales problemas políticos".

Los encuestados añadieron que los objetivos de la asistencia del BM en El Salvador se deberían centrar en la reducción de la pobreza rural y urbana, la promoción de oportunidades productivas y el combate de la violencia y la criminalidad.

Este último tema atenaza a esta pequeña nación, en la que se cometen, como promedio, 7 homicidios y 14 robos de vehículos diarios, así como 9 secuestros mensuales.

Igualmente, los encuestados identificaron los obstáculos con que podría enfrentarse el BM en el desarrollo de su estrategia en El Salvador: poco consenso legislativo, bajos ingresos fiscales para invertir, baja capacidad de ejecución y confusión en las agendas nacionales entre reconstrucción y desarrollo a medio plazo.

Funcionarios del BM indicaron que los resultados de su encuesta servirán para el desarrollo de su estrategia de cooperación dirigida hacia El Salvador en el periodo 2001-2004.

No obstante, estiman que ello no permite llegar a otras conclusiones de fondo en la realidad salvadoreña.

El director del Instituto de Estudios Jurídicos (IEJES), Jorge Urbina, aseveró que, en El Salvador, la falta de una democracia auténtica -incluso el retroceso en el proceso de institucionalización de ésta- conduce a la inviabilidad del país, a un estado de ingobernabilidad.

"Por ejemplo, tenemos serias dudas sobre si la derecha está capacitada para aceptar la alternancia en el poder, porque los ejemplos en el Parlamento, para citar un caso, indican lo contrario", apuntó.

Urbina, que dirige una institución dedicada a fomentar el Estado de Derecho, se refirió también al deterioro político de las instituciones democráticas creadas tras la finalización en 1992 de la guerra civil, como la Procuraduría de Defensa de los Derechos Humanos, la Policía Nacional Civil y el Tribunal Supremo Electoral.

Por su parte, Salvador Sanabria, de la Fundación Centroamericana para el Desarrollo Humano Sostenible (FUCAD), que se dedica a diseñar políticas públicas, afirmó que el problema fundamental de El Salvador es la falta de un modelo socioeconómico incluyente que distribuya equitativamente la riqueza.

Esta situación es la generadora de los conflictos y de la creciente marginación social de más de la mitad de los 6,3 millones de salvadoreños. "Hay sectores que aún no entienden que, sin el desarrollo de la democracia, no habrá desarrollo social y económico", finalizó Sanabria.