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TIROS LIBRES | Liga ACB | BALONCESTO
Columna
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Gallos y gallitos

Gallos. El Tau y el Kinder. Puede que lo ocurrido en los dos partidos disputados esta semana entre los jefes del corral europeo lleve a cierto desconcierto. Tan diferentes salieron, tan extremos resultaron, que hacen brotar más preguntas que respuestas. ¿Cuál es el verdadero Tau? ¿Y el auténtico Kinder? ¿Qué va a pasar ahora? Contestarlo resulta tan difícil como enjuiciar la actuación de los dos protagonistas de una película habiendo visto sólo la primera mitad y sin que todavía se hayan encontrado. Porque eso fue lo que ocurrió en Bolonia. El Tau y el Kinder enseñaron sus mejores galas, pero en dos desfiles diferentes.

Al primer partido fue el Tau concentrado, intenso, con nervio, picado en su amor propio por las pocas posibilidades que le otorgaban, y se encontró con un Kinder mirándose en el espejo lo guapo y bueno que es. Al segundo acudió el Kinder encorajinado, cabreado, con la espada encima de su cabeza, y se encontró con un Tau, con el botín conseguido, empachado de éxito y con la mirada en Vitoria.

Sin adversario, todo lo mostrado por ambos equipos queda en cuarentena hasta la próxima cita. Quizá lo más interesante sea que el Tau ya sabe que puede ser campeón y que el Kinder ya conoce que puede no serlo. Ahora falta descubrir cómo digieren cada uno esta nueva situación.

Gallitos. Nuevo episodio. Esta vez abrió Aito y contraatacó con contundencia Scariolo, respaldado institucionalmente. Ellos nunca lo dirán públicamente, pero en el fondo no se soportan. Y no es una cuestión que sólo tenga que ver con el hecho de entrenar al Barcelona y al Madrid. No, aquí hay más. Es una cuestión de personalidades, de piel. No aprueban del otro ni las formas ni el fondo. Ni lo que hace ni cómo lo hace. Ni lo que dice ni, por supuesto, cuando y cómo lo dice.

Esto se pone de manifiesto en sus miradas cruzadas, en el falso apretón de manos que se dan obligatoriamente antes y después de los partidos, en sus declaraciones, en las que es mucho más interesante lo que se quiere decir que lo que se dice. Hablan siempre de legítima defensa, pero a veces cuesta trabajo creerlo.

Tratándose de dos personas inteligentes, dos caracteres tan diametralmente opuestos, este antagonismo puede deparar en breve nuevos y sabrosos capítulos que, por supuesto, serán bienvenidos.

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