Ocho heridos graves al hundirse una valla publicitaria en el Sevilla-Betis

El derby, la fiesta del fútbol sevillano, se vio tristemente ensombrecido por el accidente ocurrido, mediada la primera parte, al venirse abajo una de las vallas de protección de una de las puertas de la grada baja del estadio Sánchez Pizjuán, que comunica la zona del Gol Norte con los vomitorios. Un derrumbe que ocasionó medio centenar de heridos. Veinte de ellos necesitaron ser trasladados a distintos centros sanitarios para ser tratados de fracturas, contusiones, magulladuras, cortes y luxaciones.

Los ocho con lesiones de mayor gravedad quedaron ingresados en el hospital Virgen del Rocío. Cuatro de ellos son J. M. A., A. R. P., F. R. P. y F. M. H. H., de entre 17 y 37 años, presentan diversos traumatismos severos, como roturas de radio y costal, de fémur, de tobillo y de húmero y luxaciones en los dedos de los pies. A su vez, J. G. B., F. J. C. M., M. L. S. y J. A. C. M. fueron atendidos en la zona de urgencias de sus luxaciones, así como de la fractura del hombro que sufría uno de ellos.

Los restantes afectados recibieron auxilio en el mismo estadio por parte de miembros de la Cruz Roja y del 061 de cortes, magulladuras y mareos.

El derrumbe de la valla de protección se debió a la avalancha de espectadores que se produjo con motivo del festejo del primer y único tanto del Sevilla. La zona es la que acoge a los aficionados más radicales del Sevilla, los Biris, y su aforo ronda las 4.000 plazas.

El peso de los aficionados sobre la barandilla, al abalanzarse en tromba de atrás hacia adelante, provocó que ésta cediera de sus fijaciones, cayendo al foso de la puerta de acceso de los vomitorios y arrastrando a bastantes espectadores, que sufrieron una caída desde una altura de unos tres metros. El incidente pasó casi inadvertido hasta que miembros de la seguridad y del dispositivo sanitario acudieron a la zona.

Además, dos personas resultaron heridas durante los breves conatos de enfrentamiento registrados entre los seguidores radicales de ambos equipos antes del partido. El dispositivo de seguridad, unos 400 agentes, evitó que se repitiesen al final.