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Crónica:31ª jornada de Liga | FÚTBOL
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Depor deja el camino libre

El Celta castiga la habitual ingenuidad de los coruñeses lejos de Riazor y pone el título en bandeja al Real Madrid

Tiene el Madrid el camino hacia el título despejado. En un partido repleto de ocasiones y de fútbol apasionado, el Celta castigó la habitual ingenuidad que exhibe el Deportivo lejos de Riazor. Ni siquiera le llegó con adelantarse en el marcador con el gol de Valerón, porque encomendado a una segunda vuelta de campeonato sensacional, el Celta porfió en el derbi y golpeó por dos veces a Molina. Lo hizo en una fase en la que por fin parecía decidirse el equipo de Irureta a traducir en algo práctico su dominio sin sentido. La liga empieza a perder interés en la cabeza cuando faltan meses de campeonato, pero no para el Celta, que se ha tomado muy en serio lo de repetir una participación en la UEFA. Utilizó el arma que procuró su rival durante toda la velada: los disparos lejanos, que terminaron por dejar en el campo de su enemigo más encarnizado las aspiraciones deportivistas.

CELTA 2| DEPORTIVO 1

Celta de Vigo: Cavallero; Velasco, Cáceres,Djorovic, Juanfran; Vagner, Giovanella; Edu, Mostovoi, Gustavo López (Yago, m. 85); y Catanha (Jesuli, m. 71). Deportivo: Molina; Manuel Pablo, Donato, Helder, Romero; Emerson (Turu Flores, m. 74), Mauro Silva; Makaay, Valerón, Fran (Víctor, m.46); Diego Tristán (Fernando, m.61). Goles: 0-1, M.53: Cabezazo de Valerón al borde del área pequeña. 1-1, M.57: Djorovic dispara a la escuadra desde la frontal. 2-1, M.69: Mostovoi ajusta un derechazo. Árbitro: Mejuto González. Amonestó a Helder, Tristán, Velasco y Molina. Unos 28.000 espectadores en Balaídos.

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Las circunstancias forzaron al Celta a apurar el balón en jugadas fugaces. Lo forzó Irureta, que reclamó terreno y pelota con una defensa enganchada al círculo central. No acostumbra el Celta a vérselas en Balaídos en situaciones similares, con la obligación de explotar el solar que dejó el Deportivo a sus espaldas. Y efectivamente, el partido se consumió entre elaboradas jugadas del equipo coruñés y contraataques celestes. Le ocurre al grupo de Irureta a menudo que encuentra problemas para rematar las jugadas, mientras que se vio a expensas del acierto de Molina para mantener la portería intacta.

Para mover el marcador y ya que en el área no entraba, el Deportivo intentó disparos lejanos, y por ahí la aportación de Caballero resultó sensacional. El Celta golpeó más, pero consumió la primera mitad en medio de un sincero homenaje a los viejos tiempos, cuando se alababa su fútbol elaborado y se lamentaba su timidez en el área. Timorato o víctima de Molina, también más que correcto, le costó al equipo de Balaídos acertar cada vez que encontró la espalda a la zaga blanquiazul.

Donde se resolvió el partido con mayor acierto el íntimo enemigo del Celta fue en el centro geométrico del campo. En esa zona hubo superioridad blanquiazul: Mauro Silva y Emerson castigaron los intentos de Giovanella y Vagner por recuperar la pelota sobre todo por la dimisión del segundo en misiones defensivas. Es cierto que Vagner colocó alguna de las pelotas largas más certeras del encuentro, pero sin el cuero -es decir, durante la mayor parte del derby- su espantada fue espectacular.

Y la verdad es que hubo fútbol, en contra de todo lo que se diga de estos partidos de rivalidad. Eran auténticos peñazos cuando se disputaban en Segunda División, incluso cuando explotó el Superdépor se alumbraron derbis de la nada, pero empujados por el carácter de gente como Karpin, Mostovoi y Djalminha, han entrado en el terreno de lo electrizante. Mucho añoró el partido a Djalminha. Hubiera sido una baza más para Irureta, pero sobre todo habría resultado interesante para la grada.

La repentina lesión de Karpin permitió a Mostovoi asociarse con Edu a su derecha y con Gustavo López a su izquierda, y en esa línea residió lo mejor del club de Balaídos. La escasa aportación de los pivotes les obligó a jugar con balones enviados desde la defensa. Reaparecieron los pelotazos de Djorovic, que volvió al equipo después de un calvario de lesiones. Si la línea de tres cuartos no tuvo respaldo atrás, tampoco Catanha se apuntó a la faena.

En cuanto el Deportivo se decidió a jugar en el área del Celta se cobró un gol. Ocurrió ocho minutos después del descanso, en el que Irureta sustituó a Fran por Víctor, para cambiar a Maakay a la banda izquierda. Pero el que ganó ese carril no fue el holandés, sino Helder, que centró con una suavidad desconocida para un central y puso la pelota en la cabeza de Valerón, que remató sin oposición. Puestos a reclamar protagonismo, otro sustituto, Djorovic, que suplió a Berizzo como el portugués hizo con Naybet, igualó el partido en cuatro minutos. Tentado por el Deportivo, el yugoslavo despejó suspicacias al rematar un centro desde la derecha de Mostovoi.

Curioso: el equipo que buscó el gol desde lejos lo cazó en el área pequeña y el que intentó elaborar el fútbol sentenció a distancia. Si Djorovic rompió la pelota con su disparo, Mostovoi prefirió colocarla con un disparo suave pero lejano. Un cuarto de hora después de que el Deportivo se adelantase en el marcador y cuando jugaba mejor, se le fue el partido. Tiró el entrenador vasco del catálogo de talismanes: Fernando, Turu Flores... A su equipo le pudo el peso de la rivalidad para errar en Vigo el fogonazo final de la Liga.

Helder intenta controlar el balón ante Catanha.
Helder intenta controlar el balón ante Catanha.LALO R. VILLAR

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