Fuego de libros
La Fundación que organiza la feria decidió, desde hace ya dos años, por necesidad de espacio y con la intención de ofrecer mayores comodidades a los visitantes, trasladar la muestra desde el Palacio de Exposiciones situado junto a la Facultad de Derecho, en el barrio de Recoleta, al cercano corazón de Palermo, donde alquila el predio de la Sociedad Rural, reducto tradicional de la oligarquía argentina descendiente de los terratenientes. Allí los ganaderos compiten entre sí cada año con los mejores ejemplares de sus toros y vacas de raza y montan la exposición rural.
En ese sitio y al cumplirse 25 años del golpe de Estado que inició la más cruel y sanguinaria dictadura militar de que se tenga memoria en el país, se comprende ahora perfectamente la instalación titulada Fuego de libros que montaron a la entrada de la Feria los artistas Ariel Mlynarzewicz y Cecilia Da Rocha. El visitante se encuentra allí con un la representación de un tipo asador de carnes que recuerda el modo en que la preparan en el campo. Las esculturas de los animales están colgadas en cruz sobre hierros que se clavan dentro de un circulo de ladrillos. Pero al pie no hay brasas de carbón ni leños encendidos, sólo libros.
Fueron decenas, cientos, miles los libros quemados bajo la dictadura militar. Según datos recogidos por la Fundación El Libro, sólo la policía federal habría incinerado en una gigantesca hoguera un millón y medio de libros y fascículos publicados por el Centro Editor de América Latina. Eran clásicos de la literatura argentina y universal.
La información no da cuenta de los entierros nocturnos de bibliotecas enteras enterradas ni de la cantidad de libros destruidos voluntariamente por editores y lectores en previsión de represalias que podían costar la vida.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.