Una enmienda del PP prohíbe trasvasar agua del Ebro durante el verano

Los sedimentos que arrastra el Ebro hasta su delta han sufrido una drástica caída en los últimos años. Los 30 millones de toneladas que depositaba en la década de los sesenta han descendido a no más de 0,1 millones, según los últimos registros. Los materiales sólidos quedan retenidos en los grandes embalses del curso bajo, sobre todo en Mequinenza (Zarajoza) y Ribarroja (Tarragona).

Si a esa pérdida de materiales se suma el descenso de caudal en verano por el consumo, una toma de agua como la del trasvase agravaría la delicada situación del delta. La memoria del Plan Hidrológico Nacional (PHN) alerta sobre ese riesgo. Para mitigar efectos perniciosos, propone limitar las captaciones de agua del Ebro a los nueve meses húmedos y utilizar el embalse de Mequinenza para compensar el descenso de caudal.

Varias enmiendas presentadas por el PP y CiU al proyecto de PHN que hoy empieza a debatirse en la ponencia del Congreso, detallan esas medidas compensatorias. El trasvase sólo podrá efectuarse de octubre a mayo, y los embalses de Mequinenza y Ribarroja se emplearán para 'ajustarse a los requerimientos medioambientales de los caudales ecológicos, incluidos los que precise el delta del Ebro', se dice en una de esas enmiendas. Las compañías eléctricas que explotan los dos citados embalses serán indemnizadas con 1.050 millones de pesetas (mil pesetas por metro cúbico trasvasado) al tener que someter la producción hidroeléctrica a esos condicionantes.

845 kilómetros hacia el sur

El diseño que hace el PHN sobre el acueducto Ebro-Almería es de similar factura al del Tajo-Segura, capaz de transportar 1.000 millones de metros cúbicos anuales, aunque la ley no permite llevar más de 600 porque la capacidad de recoger agua de los embalses de Entrepeñas y Buendía, en Guadalajara, ha sido menor de lo previsto.

El acueducto Ebro-Almería, de 845 kilómetros de longitud, será telescópico. Esto es, en sus tramos iniciales tendrá un calado superior al de los finales, donde ya no será necesario llevar tanta agua. El caudal en su toma será de 49 metros cúbicos por segundo, 16 más que el del Tajo-Segura. La diferencia entre uno y otro se debe a que el primero llevará agua durante sólo ocho meses.

Al no disponer de embalses para almacenar agua ni en la toma ni a lo largo del trazado, los usuarios que se beneficien del trasvase, desde Barcelona a Almería, consumirán durante el invierno agua del Ebro, mientras que en verano se aprovisionarán de la que almacenen en sus propios embalses: Tous, La Pedrera y Cuevas de Almanzora. A lo largo del canal sólo está previsto construir el embalse de Villamarchante, de 40 hectómetros cúbicos de capacidad.

El PP considera intocable el trasvase de 1.050 hectómetros cúbicos de agua del Ebro a Barcelona y Levante; cualquiera que sea el lugar de la captación: ya sea en Xerta, de donde parten los canales para los regadíos del delta; o en uno de esos canales, como reclaman los regantes y la propia Generalitat de Cataluña. En este sentido, el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, manifestó ayer al diario Avui que 'el Plan Hidrológico Nacional es irreversible'.

El PP ha transigido en comprometerse a estudiar otras fuentes alternativas al trasvase del Ebro en el futuro. Ese compromiso, y la inclusión de un listado de infraestructuras hidráulicas en Cataluña con cargo a los Presupuestos Generales (Plan Nacional de Regadíos, entre otros), le han bastado para obtener el respaldo de CiU.

Con el PSOE queda poco que negociar, habida cuenta de su rechazo global al plan. Pero es muy probable que el Gobierno asuma una enmienda socialista para flexibilizar el trasvase Tajo-Segura, que no permite ceder una sola gota a Murcia mientras las reservas de Entrepeñas y Buendía no superen los 240 hectómetros cúbicos. Según esta enmienda, el Consejo de Ministros podrá autorizar trasvases para abastecimientos de Murcia y Alicante, 'previa conformidad expresa de Castilla-La Mancha'.