Un éxito 'insignificante'
El Manchester United ve enturbiada su tercera Liga consecutiva por su desventaja europea ante el Bayern Múnich
El club más rico, el que más seguidores tiene, acaba de ganar su tercera Liga inglesa consecutiva, la séptima en nueve años. A falta de cinco jornadas, el Manchester United aventaja en 16 puntos al Arsenal. Sin embargo, pocos en el entorno del club británico más carismático están festejando el nuevo triunfo. Más bien, lo que se respira es un ligero malestar, una frustración, que se convertirá en una profunda depresión si, como es probable (visita al Bayern Múnich con el hándicap de un 0-1), el equipo se despide esta semana de la Liga de Campeones.
'Seguimos valorando enormemente el Campeonato nacional', dice el defensa central holandés Jaap Stam, 'pero no hay duda de que, si fracasamos otro año más en el intento de llegar a las semifinales europeas, sentiremos que no hemos logrado nuestras expectativas'.
Stam: 'Si fracasamos otro año en Europa, no habremos logrado nuestras expectativas'
El éxito se mide precisamente por las expectativas. Para el Manchester City, por ejemplo, el de esta temporada consistirá en evitar el descenso a la Segunda División. Para el United, vecino muy distance, lo ve de la misma manera que el golfista estadounidense Tiger Woods. En términos históricos. 'Nunca estamos satisfechos', afirmó David Beckham al enterarse de que el Arsenal había perdido en su campo el sábado y el Manchester ya era campeón; 'seguiremos mejorando hasta que se nos reconozca como uno de los grandes equipos de todos los tiempos'.
Para lograr ese objetivo, plenamente compartido por Alex Ferguson y los demás jugadores, hay que ganar no una, sino dos o, mejor, tres Copas de Europa. Y ganarlas jugando bien.
El irlandés Roy Keane, el capitán del Manchester, es consciente de la responsabilidad que lleva a cuestas: 'Tienes que triunfar en Europa si quieres que te consideren como uno de los grandes de verdad y todavía estamos lejos de que se nos pueda llamar un gran equipo. Para serlo hay que vencer a equipos como el Real Madrid'.
Lo cual no será posible, este año por lo menos, a no ser que el Manchester le haga al Bayern el miércoles lo que el Madrid le hizo a él hace doce meses en los cuartos de final de la Liga de Campeones. Y que de ahí en adelante, como aquel Madrid, pegue un salto cualitativo en la calidad de su juego.
Porque el Manchester no ha convencido en Europa esta temporada. Ha perdido contra el PSV Eindhoven y el Anderlecht y pudo haberlo hecho dos veces contra el Valencia. Y ha pegado un notable bajón desde comienzo de año. Desde febrero, por ejemplo, sólo ha ganado cinco de los doce partidos disputados. Al equipo le ha faltado la urgencia de otros años.
Uno de los síntomas más alarmante ha sido la pérdida de forma por parte de Beckham. Su impacto sobre el equipo ha sido mínimo en los últimos tres meses. Sus famosos centros pareciera que han pasado a la historia. Y ya nadie se asusta de sus tiros libres desde la frontal del área. 'No ha estado jugando tan bien como habríamos deseado', afirma Ferguson, que le ha relegado al banquillo en los últimos tres partidos de la Liga.
¿Qué ha pasado? La explicación, quizá, la tiene David O'Leary, el entrenador del Leeds, un equipo cuya trayectoria no podría haber sido más diferente a la del Manchester. El Leeds empezó fatal, en gran parte debido a una plaga de lesiones, pero de repente se ha convertido en un serio candidato a ganar la Copa de Europa. O'Leary cree que el problema del Manchester se debe en gran parte a la mediocridad de sus rivales en el torneo inglés.
'El Manchester es un equipo fantástico', opina O'Leary, 'pero no ha sentido suficiente presión esta temporada. Ha estado lejísimo de su mejor nivel en los últimos meses. ¿Será porque se ha aburrido, porque sabiá que tenían la Liga ganada?'.
Quizá eso sea tan sólo una parte del problema del Manchester. Quizá, a diferencia de lo que se suele pensar, se exagera el valor de la continuidad en un equipo de fútbol profesional. El United de hoy es casi idéntico el que ganó la Copa de Europa hace dos años. El único fichaje que hizo Ferguson el verano pasado fue el del portero francés Fabien Barthez.
Como sugirió Roy Keane la semana pasada, el peligro en el que se cae si no se recicla un equipo es la autocomplacencia. Lo que los grandes jugadores del Manchester necesitan, más que rivales más duros en la Premier League, es más competencia interna. Y lo saben.
'Tal vez lo que el club necesita hacer es gastarse 30, 40, 50 millones de libras', considera Keane, con esa mentalidad competitiva que garantiza que el Manchester seguirá siendo, como mínimo, una potencia europea durante varios años mas. 'Creo que un club como el United debe comprar lo mejor que hay. Sabemos lo que pasa si fichas a uno o dos jugadores, especialmente de categoría mundial. Levantan el juego de todos. Si el club ficha a uno o dos centrocampistas, es buenísimo para jugadores como yo mismo, como Scholes, Giggs, Butt, Beckham... Debes sentir que tienes que jugar a tu máximo nivel semana tras semana'.
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