Atracón de goles en el Camp Nou
Rivaldo empata para el Barcelona en la prolongación de un partido que el Zaragoza dominó siempre
Igual da fuera que en casa. Empate a cuatro en Villarreal la semana pasada y ayer en el Camp Nou. El Barça se ha abonado a marcadores abultados en los dos casilleros que expresan su generosidad en las dos áreas. El Zaragoza quedó aturdido ante el carácter febril azulgrana. Tenía el partido ganado, jugando al paso o con la quinta puesta, tanto da, pero cedió un empate en la prolongación con el primer libre directo que trasforma Rivaldo en lo que va de campeonato.
Pelotero por excelencia y especialmente dinámico en ataque, el Zaragoza estuvo muy puesto y despierto en la salida, nada que ver con el Barcelona, parado, barroco, demasiado individualista y siempre generoso en sus concesiones defensivas. Los goles de Esnáider y Jamelli fotografiaron el paisaje del partido. La pillería de Acuña y la maniobrabilidad de Jamelli en dos golpes francos contrastaron con el absentismo de la zaga azulgrana, desatenta, con los defensas fuera de sitio y la manos en jarra y el portero vencido, blando de manos y de vientre agujereado.
BARCELONA 4|ZARAGOZA 4
Barcelona: Reina; Gabri, Reiziger, Frank de Boer, Sergi; Guardiola, Cocu (Dani, m. 70); Simão (De la Peña, m. 64), Rivaldo, Overmars; y Kluivert. Zaragoza: Juanmi; Pablo, Paco, Aguado, Sundgren (Gurenko, m. 42); José Ignacio, Acuña; Juanele, Jamelli (Garitano, m. 87), Martín Vellisca; y Esnáider (Ferrón, m.92). Goles: 0-1. M. 8. Acuña saca un falta, Jamelli controla de espaldas a la portería y cede para la llegada de Esnáider, que remata por bajo: 0-2. M. 44. Acuña lanza un libre directo, Reina rechaza, Juanele remata, el portero escupe la pelota y Jamelli cabecea; 1-2. M. 52. Cocu profundiza para Overmars, que controla con el pecho y pica la pelota; 1-3. M. 73. Juanele sortea a Sergi y deja para que José Ignacio remate desde la media luna; 2-3. M. 77.Kluivert define, tras sortear al portero una pared con Rivaldo; 2-4. M. 79. Esnáider remata en la línea de gol; 3-4. M. 80. Kluivert marca en una jugada iniciada por Gabri; 4-4. M. 92. Rivaldo transforma un libre directo. Árbitro: Undiano Mallenco, navarro. Mostró la tarjeta amarilla a Pablo, Esnáider, Gabri y Frank de Boer, De la Peña, Juanele. Camp Nou: unos 40.000 espectadores.
Frente a la comodidad y efectividad del Zaragoza durante el primer tramo del encuentro, el Barcelona exhibió un voluntarismo estéril, monopolizado por el corretear de los extremos y los remates de Rivaldo. Jugaron los azulgrana de manera desorganizada, con el frente de ataque tapiado por el exceso de delanteros, falto de velocidad que no de dedicación y ambición. Tanto fútbol de conducción impidió espaciar la cancha aragonesa. El Barça no supo mover al Zaragoza, que se defendió con comodidad, con algún que otro susto, pero sin grandes apuros. Demasiados toques, pocos espacios, mucho apelotonamiento, terreno agradecido para los centrales.
Le convenía al Barcelona acelerar el partido, atreverse en los uno contra uno, desbordar por las bandas. El asuntó está en que Simão es muy fiero pero poco centrado y Overmas muy preciso, aunque a veces poco gallito. Al holandes le redimió ayer la precisión con que sorprendentemente definió una magistral asistencia de Cocu, sobre todo porque Overmars nunca fue un buen rematador. El bonito gol, el número cien del equipo en lo que va de temporada, ayudó al Barça a templar su ansiedad y a centrarse en el partido, al que dio una nueva vuelta de tuerca con la entrada en escena de Iván de la Peña.
Lo Pelat alumbró un nuevo partido, presido por el intercambio de goles, por un ir y venir en los dos campos. El choque se desatascó hasta adquirir un punto de locura. Le vino bien al Barcelona jugar a tumba abierta, porque fue rebanándole terreno al Zaragoza hasta atraparle en los minutos de gracia que condeció el colegiado. Rivaldo, por fin, acertó después de haberse pasado el partido buscando la red en remates desde cualquier posición. Fue una justa recompensa para un equipo que estuvo muy voluntarioso, aunque poco acertado, sobre todo defensivamente. Al Barça se le ha escapado la cabeza de la liga por sus conceciones en su área. Nunca un equipo puntero había defendido tan mal como el Barcelona, una circunstancia que aprovechó el Zaragoza, el cuarto peor equipo del campeonato en campo contrario, aunque ayer no le alcanzaron cuatro goles en el Camp Nou para ganar.
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