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Reportaje:

La cara oculta de la gesta de Gagarin

Un ingeniero revela que tres astronautas murieron antes del histórico vuelo orbital del héroe ruso

Tres rusos perecieron a finales de los años cincuenta en los primeros intentos soviéticos de conquistar el espacio. Tres naves pilotadas despegaron del cosmódromo de Kapustin Yar, en la provincia sureña de Ástrajan, en 1957, 1958 y 1959, pero esos vuelos terminaron trágicamente, según aseguró el jueves, en el 40º aniversario del vuelo de Yuri Gagarin al espacio, Mijaíl Rudenko, ex ingeniero jefe en una antigua ciudad secreta cercana a Moscú. 'Ledoskij, Shaborin y Mitkov murieron en el vuelo. Los apellidos de estos héroes nunca fueron publicados', declaró Rudenko.

Rudenko explicó a la agencia rusa Interfax que los pilotos participaron en vuelos suborbitales, es decir, cuyo objetivo no era una vuelta completa al planeta como la de Gagarin, sino un vuelo parabólico. 'En el apogeo de esa órbita los pilotos debían alcanzar alturas espaciales y después aterrizar', señaló Rudenko, que agregó que Ledovskij, Shaborin y Mirkov eran pilotos de pruebas que no habían recibido preparación suplementaria. 'Precisamente tras esa serie de lanzamientos trágicos los dirigentes decidieron cambiar radicalmente el programa y dar mucha más importancia a la preparación de los pilotos, creando el destacamento de cosmonautas', concluye.

Algunos especialistas como Serguei Gorbunopv, portavoz de la Agencia Espacial Rusa, han desmentido al ingeniero, asegurando que se trata de una vieja leyenda relacionada con el vuelo de Gagarin. Pero nadie ha dicho qué sucedió con los pilotos que cita Rudenko. Es conocido que hubo lanzamientos que terminaron en fracaso y que Moscú, en su momento, ocultó. El Kremlin nunca ha reconocido que hubiera víctimas mortales antes de Gagarin. Los animales, como la famosa perrita Laika, no cuentan, pues fueron sacrificados conscientemente.

Gagarin, primer hombre en volar al espacio, pudo haber sido adelantado por los estadounidenses. Éstos, que habían comenzado a preparar astronautas en 1958, dos años antes que los rusos, buscaron a los candidatos entre los pilotos ingenieros, mientras que los rusos apostaron por los militares y escogían a hombres más bajos y más jóvenes. Washington planeaba lanzar a su primer astronauta en marzo de 1961, pero Werner von Braun -el alemán diseñador de los temidos cohetes V-2 que después de la II Guerra Mundial se fue a Estados Unidos y a finales de los años cincuenta se encargó del programa espacial- insistió en que era necesaria una última prueba con un satélite no pilotado. Como resultado, Alan Shepard voló al espacio 23 días después que Gagarin.

El histórico vuelo de Gagarin, que duró apenas 108 minutos, abrió una nueva página en la historia: el comienzo de la conquista del cosmos. Rusia ha celebrado el aniversario con sentimientos encontrados: orgullo y tristeza. Orgullo de haber logrado ese 12 de abril de 1961 tomar la delantera en la carrera espacial con EE UU; tristeza y frustración de haber perdido, con el reciente hundimiento de la Mir, su programa independiente de astronáutica pilotada y haber entregado a EE UU la primacía en el espacio.

El presidente Vladímir Putin trató de introducir una nota de optimismo en los festejos sobre Gagarin y visitó la Ciudad de las Estrellas, donde enumeró los principales objetivos del nuevo programa espacial ruso.

Gagarin sigue siendo un héroe para los rusos y su figura está envuelta en leyendas, algunas de las cuales se convirtieron en tradición de los cosmonautas. Cuentan que, cuando aquel miércoles primaveral el autobús le llevaba hacia la rampa de lanzamiento, Gagarin ordenó al chófer que se detuviera. Le habían entrado ganas de orinar y lo hizo allí mismo, en una de las ruedas del autobús. Desde entonces se considera que seguir el ejemplo de Gagarin trae suerte, y por eso ahora los astronautas, a mitad de camino de la rampa, se bajan para orinar en las ruedas del autobús. Gagarin acababa de cumplir 27 años cuando fue lanzado por la Vostok a la inmortalidad y la fama, las cuales sólo pudo gozar siete años: el ídolo de millones de jóvenes pereció el 27 de marzo de 1968 en extrañas circunstancias, cuando regresaba a la base de un vuelo de entrenamiento. Los responsables del proyecto espacial ni siquiera le daban esos siete años: científicos y médicos estaban convencidos de que Gagarin no resistiría la impresión de verse en órbita y se volvería loco en el cosmos.

Vladímir Putin, ante un retrato de Gagarin en el homenaje del jueves.
Vladímir Putin, ante un retrato de Gagarin en el homenaje del jueves.AP

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