'Las discográficas buscan su comodidad antes que la del artista'
Miguel Ríos, Antonio Canales, Chano Domínguez y Marina Heredia son algunos de los cantantes que se han sumado a El signo del viento, el último trabajo discográfico del granadino Raúl Alcover, un creador tesonero, de amplio recorrido estilístico, que en los últimos años ha alternado su vocación de cantante con la de investigador del flamenco tradicional de Granada.
Pregunta. Usted empezó en Manifiesto Canción del Sur, junto a artistas como Carlos Cano o AntonioMata. ¿Se considera aún cantautor?
Respuesta. Soy músico, lo otro son etiquetas. Ser cantautor tenía sentido hace años. Yo soy una persona que canta y que expone sus temas. La etapa de Paco Ibáñez o Silvio Rodríguez cumplió con creces su cometido. El lenguaje ha evolucionado mucho.
P. Su nuevo disco no tiene un estilo determinado. Es, digamos, ubicuo. ¿Está de acuerdo?
R. Soy un artista polifacético. Me gusta cantar, pero también me atrae el teatro, el cine, la pintura. Y esa manera de ser se refleja en mi música. Me ha gustado el soul, el pop, el flamenco... Esa especie de eclecticismo ha formado mi estilo y eso se refleja en el disco, que ha enganchado a la gente pero no a las multinacionales.
P. ¿Y eso?
R. Las grandes discográficas buscan su comodidad ante que la del artista. Prefieren aplicar sus patrones. Yo soy un artesano. Nunca he tenido el apoyo de una multinacional y en ese sentido nunca me he equivocado.
P. Usted ha producido varios discos de cantes flamencos autóctonos. ¿Le hubiera agradado ser cantaor?
R. Me hubiera gustado tener facultades para el flamenco. Cantar con sentido flamenco es una de las grandes cosas que te pueden ocurrir. Voz tengo, pero el color y el timbre hay que aporenderlos desde que naces.
P. En su disco hay temas actuales y otros antiguos.
R. Sí, pero a pesar del tiempo suenan frescos y no han perdido valor. Ha tenido una buena acogida. Lo he hecho con una discográfica pequeña, Alía Discos, y la promoción es lenta pero firme. No tenemos dinero para estar en televisión a diario.
P. Usted ha alternado para vivir Madrid con Granada. ¿Es imprescindible residir en la capital de España?
R. Sí, en Madrid hay más posibilidades, se mide con otros parámetros. Granada es para pasear, pero en Madrid está la industria. Me fui a Madrid pensando que la música era como la entendíamos en Granada y descubrí que no. Me encontré con un negocio enorme que me obligó a replantear muchas cosas. A Granada he vuelto para respirar, aunque ya llevo cinco años. Principalmente vine a preparar los discos de flamenco tradicionales. La recuperación de los cantes granadinos ha puesto a la ciudad donde se merece.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.