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Reportaje:

Una hospedería sonora

Un ama de casa abre en el centro de Sevilla un hotel acondicionado para músicos

De las paredes, que imitan las notas musicales, cuelgan retratos de Beethoven, Verdi, Granados o Falla, grabados con violines o partituras de colores. En el vestíbulo, hay un piano frente a una vitrina con violines y miniaturas de trompas, saxofones o clarinetes. 'La música ayuda a superar las cosas feas de la vida', dice convencida María Luisa Guerrero León, una sevillana que después de 25 años como ama de casa decidió un día abrir un hotel para músicos en pleno centro de Sevilla. En una casa del siglo XVIII de la calle Farnesio, entre el barrio de Santa Cruz y la Judería, Guerrero, madre de cinco hijos, acaba de hacer realidad su proyecto: el hotel Amadeus, con todas las facilidades para que músicos de cualquier procedencia y formación se alojen y puedan ensayar con sus instrumentos. 'La música no es sólo para profesionales, todo el que llegue, catedrático, fontanero o profesor, puede alojarse', precisa Guerrero, que ha inculcado a sus hijos el amor por la música. 'No soy músico, no tuve la suerte de poder ir al conservatorio, pero quise que mis hijos crecieran en esa ambiente', cuenta.

Las habitaciones -14 individuales o dobles y todas distintas- están acondicionadas para los amantes de la música. Hay una sala de ensayo completamente insonorizada y tres pianos. 'Algunas habitaciones están aisladas acústicamente, no todas. Esta casa tiene unos muros enormes y se perdía mucho espacio en las habitaciones. Otras se han adaptado', comenta Guerrero mientras señala el patio de la casa, que ha reformado en cinco meses. 'Está preparado con paneles absorbentes en el techo y la paredes para el sonido del piano, para que la reverberación sea la adecuada', explica.

María Luisa Guerrero ha creado con tres de sus hijos una sociedad cooperativa para la gestión del establecimiento. Ella es la gobernanta; su hija, Zaida, la directora, mientras que Carlos se encargará de las actividades culturales (recitales y exposiciones) que se organizarán en el Amadeus. También está Cristina, estudiante de piano.

'Siempre quise abrir una casa de huéspedes, soy muy buena anfitriona con los amigos de mis hijos, con la gente que viene a casa. Pensaba que debía dedicarme a la hostelería, pero hasta ahora no había llegado la necesidad de trabajar', relata la gobernanta, que de joven tuvo alguna experiencia en el sector. 'Yo tenía que trabajar. Después de 25 años como ama de casa, y a mi edad, pensé que lo más fácil sería autoemplearme'.

La idea nació en los bancos del conservatorio de música, donde ha ido durante años a esperar a sus hijos. Hace un año y medio, inició un periplo por oficinas públicas, primero municipales, luego de la Consejería de Empleo y Desarrollo Tecnológico, que ha subvencionado parte del proyecto, cuya cuantía prefiere no desvelar. 'Todo lo que teníamos lo hemos invertido aquí', afirma. El ayuntamiento le concedió un premio a la mejor iniciativa profesional. ' Parece que no es normal que una mujer de 48 años monte un negocio', apunta.

Fue un año y medio de intensos preparativos. 'Todos los días iba a solucionar algún asunto de papeleo, las croquetas se me pasaban, mis hijos me decían que la casa ya tenía un olor extraño... no podía ocuparme de todo a la vez', confiesa con una sonrisa la gobernanta, que cree que la clave es la confianza. 'Es una cuestión de fe y de perseverancia. Si se tiene una idea y tienes seguridad, lo demás sobra. Si no te aburres en el camino, sorteas las dificultades y llegas'.

María Luisa Guerrero con su hija Cristina al piano, en el hotel Amadeus de Sevilla.
María Luisa Guerrero con su hija Cristina al piano, en el hotel Amadeus de Sevilla.GARCÍA CORDERO

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