Ataque canino

Escribo en relación a una noticia incluida en su edición del lunes 2 de abril y que hablaba sobre el niño que fue atacado por unos perros en Boadilla. En primer lugar, mis mejores deseos para la familia y el niño, ya que he leído que está mejorando satisfactoriamente. Es una desgracia que una cosa como ésta ocurra todavía con la cantidad de información que se ha difundido estos últimos años sobre la prevención en el trato con los perros, pero estos sucesos nos parecen aún más desgraciados cuando les ocurren a niños de temprana edad. Aunque me congratulo con la familia del pequeño, no puedo por menos que censurar las palabras que pronunció su padre, don Lorenzo Jourdaín, y que ustedes transcribieron en sus páginas, cuando ironizó sobre tener armas mortales en casa.

Soy propietario de un perro de raza husky siberiano, me hace compañía, hago deporte con él y no lo veo como un arma mortífera. Llevamos un par de años de manías persecutorias con el tema de los perros; es cierto que es un problema que crea alarma social, pero no hay que olvidar las circunstancias en que se produjo el accidente: el niño estaba entrando en una zona de residencia privada y de forma inusual (y éste es un dato muy importante; los pastores alemanes, en contra de lo que diga el señor Jourdaín, no son perros de presa ni de guarda; son, como su nombre indica, perros pastores, son perros de una inteligencia extrema, de ahí que sean usados comúnmente por las fuerzas de seguridad y rescate; asimismo es una raza muy equilibrada).

¿Qué hubiera pasado si en vez de ser un niño hubiera sido un adulto? ¿Y si las intenciones del individuo que trepa a un árbol para entrar en un domicilio privado hubieran sido otras? Queda muy claro que los dueños de perros tenemos que ser conscientes de lo que tenemos, y para eso están las leyes que nos obligan a serlo, con impuestos, con controles y con las normas restrictivas; pero, como adultos, debemos ser conscientes del riesgo que supone entrar en una propiedad privada vigilada por perros. Todos estamos de acuerdo en que debería erradicarse el servicio de guarda y custodia con animales, o por lo menos conseguir que se socialice a estos perros que se pasan días solos en las parcelas y casas sin más compañía que los desconocidos que asoman sus caras al enrejado. Aunque ahora lo más importante es que el muchacho se reponga y este suceso no le marque, ya que sus palabras escritas en el diario le honran enormemente.-