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La Filmoteca subraya en un ciclo la gran calidad de los nuevos cineastas asiáticos

Ferran Bono

Dicen algunos críticos que la renovación del cine contemporáneo más creativo no vendrá tanto de manifiestos más o menos provocadores y fértiles, como el Dogma danés, como de la estética y no siempre pausada mirada del cine asiático. Un vistazo a los principales festivales del mundo de los últimos años sitúa a los representantes de ambas cinematografías en lo más alto del palmarés, pero la presencia cuantitativa de los cineastas chinos (y de Hong-Kong), taiwaneses o japoneses aumenta, así como la calidad de los mismos.

Las filmotecas ya no necesitan consagrar ciclos a directores clásicos como Ozu, Mizoguchi o Kurosawa para acercarse a la cinemaotgrafía asiática. La nómina de realizadores destacados en la década de los noventa es muy amplia y variada, como se puede comprobar en el ciclo que desde ayer se proyecta en el Instituto Valenciano de la Cinematografía, en el que se integra la Filmoteca de la Generalitat.

A buen seguro que la reducida sala Juan Piqueras de la Filmoteca se quedará pequeña para albergar a los espectadores interesados por los últimos filmes de realizadores como Zhang Yimou (del que se exhiben El camino a casa y Ni uno menos), Chen Kaige (Luna tentadora y El emperador y el asesino) o Takeshi Kitano (Brother y El verano de Kikujiro), por citar a los más conocidos, con permiso del americanizado Ang Lee, quien ha cosechado un éxito sin precedentes con su adaptación de las viejas leyendas chinas en Tigre y dragón. Esta película también está programada, al igual que la reciente In the mood for love, de Wor Kar-Wai, a quien, además, se dedica un pequeño ciclo con cuatro títulos.

En los 29 títulos que integran Nuevas miradas de Oriente, se han seleccionado algunos inéditos en las pantallas españolas. Se han incluido también obras de cineastas japoneses apenas conocidos en España, como los renovadores Masato Harada o Sabu, y de países como Tailandia, Corea del Sur o Filipinas.

Gran parte de la cinematografía de estos países está marcada por el contraste entre modernidad y tradición, y aunque el esteticismo perfeccionista sigue caracterizando buen número de las películas, el número de cineastas preocupados por dismitificar el tiempo relajado del cine japonés, por ejemplo, es creciente. El ciclo permitá, además,comprobar el excelente ojo de Yimou a la hora de sustuir a la que parecía insustituible Gong Li por la no menos bella Zhang Ziyi (la joven de Tigre y dragón) en el papel protagonista de sus películas.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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