El pleno de Sevilla refleja la tensión entre los dos portavoces del PSOE

Monteseirín sigue en el empeño de imponer una paz duradera en el seno de su grupo municipal para, una vez conseguida, iniciar los acercamientos, hasta ayer inexistentes, hacia su socio de gobierno, el PA, con quien también tiene que restaurar las relaciones que quedaron rotas tras el pleno ordinario del pasado jueves, cuando el PSOE votó a favor de una moción presentada por el PP.

El secretario provincial andalucista, Mariano Pérez de Ayala, que cesó como concejal tras la crisis del caso Bazar España, insistió ayer en la Cadena SER en que considera que la crisis sigue abierta y que está esperando que sea el alcalde personalmente quien se dirija a su grupo para rehacer el pacto.

El alcalde tuvo ayer gestos de complicidad tanto con Carrillo como con Gómez. Monteseirín entró al pleno acompañado de su portavoz y concejal de Economía y dejó el final de la sesión para salir del salón junto al concejal de Hacienda y vicesecretario de la ejecutiva provincial del PSOE.

Entre la salida y la entrada de Monteseirín, el pleno acordó continuar la carrera olímpica de la ciudad, esta vez con el horizonte puesto en el año 2012. Sólo Izquierda Unida votó en contra de esa decisión, apoyada por los otros tres grupos políticos presentes en el Ayuntamiento: PSOE, PA y PP.

Luis Pizarro, portavoz de IU, aseguró que ya incluso le da 'corte' presentar la candidatura de la ciudad a unos Juegos. 'Las probabilidades de conseguirlo se acercan al cero', dijo Pizarro que recordó los cientos de millones dejados hasta ahora en el empeño 'para nada' y la herencia del estadio de La Cartuja, 'un monumento al fracaso de las aspiraciones olímpicas y a la vanidad de algunos políticos locales'.

El alcalde, curiosamente, dio la razón a Pizarro en las pocas posibilidades de ser sede olímpica, aunque no se las adjudicó a Sevilla, sino a España. Con París elegida para 2008, es difícil que una ciudad europea pueda albergar los Juegos en 2012, con lo que las previsiones más optimistas para que la ciudad los acoja se sitúan ya en 2016.