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Un perito descubre una falsificación sistemática de firmas de alumnos del Imefe

Un informe del PSOE revela el fraude

Isabel Vilallonga, edil del grupo PSOE-Progresistas que destapó el escándalo de los cursos para parados del Imefe, solicitó semanas atrás un informe pericial sobre las firmas de alumnos, ante la sospecha de que se hubieran falseado rúbricas como presuntamente ya ocurrió en los cursos a presos de Ifomar, denunciada por el propio Imefe.

El grafólogo elegido, Luis Martínez Villa, ha trabajado para jueces de la Audiencia Nacional como Baltasar Garzón, para quien hizo peritajes en relación con el caso Amedo, pertenece a la sociedad francesa de grafología y es profesor de esta materia para el Centro Superior de Investigaciones Científicas. Este perito realizó una primera prospección sobre los listados de diferentes cursos correspondientes a los ejercicios 1996, 1997, 1998 y 1999 sobre seis empresas, cuatro pertenecientes a un mismo grupo (comparten sede y seis consejeros) y dos fundaciones relacionadas entre sí.

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Las conclusiones del informe grafólogico del perito arrojan sombras de duda sobre la autenticidad de las firmas de sus alumnos: 'En las múltiples firmas que figuran estampadas en cada listado, fecha, curso y empresa, aun teniendo en cuenta que pueden corresponder en suficientes casos a personas de formación primaria -lo que produce algunas analogías o proximidad de morfologías y tamaños, en cuanto a distintas grafías- se registra homogeneidad caligráfica entre firmas a distintos nombres, que hace referencia a una identidad común'.

O dicho de forma más clara: 'Varias firmas, teóricamente pertenecientes a distintos nombres, han podido ser manuscritas por una misma persona'.

El grafólogo ha decidido profundizar su estudio en las firmas correspondientes a cursos del año 1999, 'del que, como muestra inicial, se ha separado un expediente de cada empresa'. Lo ha hecho así porque en los listados correspondientes a años anteriores la presunta falsificación 'no es acentuadamente significativa'.

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De este estudio más detallado de las firmas de los cursos de 1999 el perito extrae estas conclusiones: 'Que los listados de firmas pueden estar realizados por dos o tres personas, por la clara continuidad caligráfica común de grupos de firmas, lo que se traduce en que, en nombres distintos, las firmas registran el mismo tipo de letra', incluso en el caso de las que fueron realizadas en fechas diferentes.

'Paralelamente se puede constatar', añade el experto grafólogo, 'que las firmas se suscriben cuidadosamente en cada rectángulo de cuadrícula con escasas invasiones, cruces de rasgos o prolongaciones de trazado en el espacio de otras firmas contiguas, con unidad meticulosa', lo que 'no suele ser propio de firmas estampadas sucesivamente por un conjunto de personas distintas'.

'Y también se comprueba unidad de ejecución en las firmas de distintas fechas por la constancia regular entre unas y otras y de una hoja a otra, por lo que técnicamente se deduce que las firmas están realizadas mayoritariamente de forma seguida, en unidad de tiempo y acto', concluye el experto.

La sospecha que vierte el perito es que el listado de firmas pertenecientes a una o varias semanas de un curso no sólo lo cubrieron dos o tres personas, sino que no se tomaron la molestia de falsificarlas día a día. Es decir, que este trío de supuestos falsificadores estampó de golpe más de 200 firmas ajenas.

Sin aparente conexión

Pero lo más llamativo no es, según constata el perito, que se detecten rasgos de esa autoría común en las firmas de los asistentes a un curso de una empresa. Lo que ilustra sobre la supuesta sistematicidad es que esos mismos rasgos sospechosos no sólo se repiten entre cursos distintos de empresas de un mismo grupo, sino en listados de empresas sin aparente conexión.

Así, el grafólogo ha localizado que una firma coincidente ha servido para cubrir la rúbrica de asistencia de tres supuestos alumnos diferentes a tres cursos distintos impartidos por otras tantas empresas. Existen indicios, pues, de que este presunto aparato de falsificación pudo actuar de forma centralizada.

Incluso es sospechosa la notoria similitud de las firmas realizadas por una misma persona a lo largo de varias semanas: 'No siempre firmamos igual. La inteligencia es dinámica y es la que dicta la escritura. La mano es mera ejecutora. Sucede que muchas personas dicen que nunca escriben igual, porque depende del momento anímico, de muchas influencias. Aquí hay una unidad de estampación porque se ha hecho a la vez, como si se hubiese cubierto una página del colegio. Por eso adquieren un carácter de monotonía y las firmas son continuadamente iguales', dice el informe.

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