El PP expedienta a seis militantes para advertir que será inflexible con los críticos
Entre los afectados se encuentra el portavoz de la corriente Gavina Blava
La ofensiva disciplinaria coincide con la renovación de las juntas comarcales y locales, que está provocando más enfrentamientos internos de los previstos. La comisión disciplinaria apenas ha estado operativa en los últimos años, y en algunos sectores de la dirección se considera que la falta de firmeza ante los núcleos críticos ha dañado el partido al dar la sensación de ser una olla de grillos.
El más crítico en los últimos años ha sido el ex presidente regional Aleix Vidal-Quadras, un foco que ha sido desactivado con su marcha a Madrid. Pero permanecen aún otros núcleos dispersos de descontento, sin ninguna conexión entre sí, que la dirección pretende acallar ahora. El primer represaliado de la nueva política ha sido el ex diputado autonómico Ignasi Oleart. Este dirigente aspiró el año pasado a la presidencia provincial de Barcelona, pero la dirección abortó a última hora su candidatura elevando el número de avales requeridos para presentarse. Él respondió con críticas feroces y la semana pasada obtuvo la respuesta de la dirección: tres años de suspensión de militancia.
Oleart abandonó el pasado jueves la presidencia de su partido en Esparreguera (Baix Llobregat) y ha abierto un periodo de reflexión sobre su futuro. La sanción a Oleart fue impuesta directamente por la dirección nacional y firmada por el presidente de su comisión disciplinaria, el ex ministro José Manuel Romay Beccaría. En el expediente se indica que Oleart infringió dos artículos de los estatutos al hacer 'declaraciones con publicidad incitando al incumplimiento o descalificación' de las medidas adoptadas por la dirección y realizar 'manifestaciones públicas en los medios de comunicación que suponen descrédito, menosprecio o descalificación de cualquier afiliado al partido'.
La resolución del expediente de Oleart, redactada en Madrid, servirá ahora de modelo para las eventuales sanciones que imponga el partido en Cataluña. El comité presidido por Fernando Martínez acaba de abrir seis expedientes a militantes críticos de Sant Cugat del Vallès, Sant Boi, L'Aldea, Gavà, El Masnou y Esplugues, según han informado fuentes de la dirección regional. El caso más significativo es el del portavoz de la Gavina Blava, José Molero, y el del concejal de L'Aldea Jordi Gas, quienes han exigido reiteradamente la dimisión de los presidentes provinciales de Barcelona y Tarragona.
Concejales desplazados
La Gavina Blava es una plataforma crítica constituida tras las últimas elecciones municipales, integrada mayoritariamente por ex concejales del área metropolitana que fueron desplazados de las listas electorales. Desde entonces, esta corriente no ha dejado de criticar públicamente al partido y su supuesta falta de democracia, aunque en los últimos meses su actividad es muy escasa. A pesar de la constancia y la dureza de los pronunciamientos de esta plataforma dureza -una de sus frases más repetidas es: '¡Váyase, señor Fernández!'-, la dirección no había tomado hasta ahora ninguna medida contra sus promotores.
Por su parte, Gas ha acusado al otro concejal de su partido en L'Aldea de basar su actuación en 'motivos de signo económico'. Arropado por varios militantes, Gas exigió también la dimisión del presidente del PP de Tarragona, Carles Curto, por no tomar medidas. Algunos dirigentes del partido vinculan la apertura de los expedientes a la renovación de las juntas comarcales y locales. El PP funciona de forma muy jerárquica: primero celebra el congreso regional -en Cataluña lo hizo en septiembre del año pasado-, después los cuatro provinciales, a continuación renueva los comarcales y, finalmente, los locales.
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