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NOTICIAS DE LA EDICIÓN INTERNACIONAL

El Grupo de Río muestra su decepción por el desinterés europeo tras una reunión conjunta

Europa envió dos representantes con categoría de ministro, mientras de América llegaron 11

Los cancilleres del Grupo de Río (integrado por los países latinoamericanos, excepto Cuba) terminaron ayer tres días de cumbres sucesivas en Santiago de Chile. Primero, fue entre ellos; después, con sus colegas de la Unión Europea (UE), y ayer con los de países del Asia-Pacífico. Los cancilleres están preocupados por el aparente bajo interés que muestra Europa hacia esta región, y por la advertencia tácita de que siempre se puede mirar hacia Estados Unidos y Asia.

A la décima reunión de cancilleres del Grupo de Río y de la Unión Europea asistieron trece ministros de Relaciones Exteriores latinoamericanos, mientras que desde el Viejo Continente sólo acudieron dos de los titulares al encuentro -Louis Michel, de Bélgica, y Anna Lindh, de Suecia, que además es presidenta del Consejo Europeo-.

Los demás países fueron representados al nivel de viceministros o de altos directivos de las cancillerías. Michel admitió que si la Unión Europea no se abre a "una relación privilegiada con América Latina, la región sólo tendrá la elección americana".

La desproporción en el nivel de asistencia a esta cita entre ambos continentes -cuando falta menos de un mes para que se realice la Cumbre de las Américas, en Quebec (Canadá), y en la región se piensa ya en el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que incluirá a Estados Unidos- sorprendió y decepcionó a los latinoamericanos, según reconocieron funcionarios de las diversas cancillerías.

Aunque se entendieron las explicaciones por la inasistencia que entregaban en pasillos los funcionarios europeos -las crisis de Macedonia, las vacas locas y la fiebre aftosa-, para algunos fueron insuficientes. El ministro uruguayo Didier Oppertti pedía que esto fuera "expresamente aclarado". "Nosotros vinimos pensando que era una reunión de cancilleres de un lado y del otro".

Con sorna, el canciller ecuatoriano Heinz Moller recordó una pintada mural en las cercanías de su domicilio que dice: "Hasta cuándo de cumbritis. Aquí tenemos hambritis".

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El canciller peruano Javier Pérez de Cuéllar -que preside, además, el consejo de ministros de su país- insistía en su esperanza de que esta vez los acuerdos sí fueran más allá de las habituales "hermosas" declaraciones de amistad, sobre las que no existe luego un seguimiento que asegure su concreción.

Libre comercio

Al finalizar el encuentro, el comisario de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, Chris Patten, y la ministra Lindh insistieron en plantear que existe un clima de cooperación con América Latina. Patten, que se reunió con el presidente chileno Ricardo Lagos, negó que el interés de la Unión Europea por Latinoamérica haya disminuido, y recordó la labor conjunta que se realiza en ambas regiones en materias como la equidad social, la sustentabilidad democrática y el impulso al libre comercio.

Respecto de la posibilidad de cambiar el mandato del Consejo Europeo, que condiciona los acuerdos con Chile y Mercosur al término de la Ronda del Milenio de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Patten pidió primero ver el avance de ambas negociaciones. Pero como es poco probable una rápida decisión de la OMC, está abierta la posibilidad de una modificación a la iniciativa, como ha solicitado el Parlamento Europeo.

Entretanto, la negociación con Chile está caminando en forma acelerada y en julio próximo partirá el debate sobre temas arancelarios, servicios e inversiones, según informó Patten a Lagos. La canciller chilena, Soledad Alvear, y Patten suscribieron un memorándum de entendimiento para establecer las áreas temáticas y prioridades de la cooperación entre Chile y la UE. Este contempla proyectos y programas por 34,4 millones de euros en materias como el desarrollo productivo, innovación tecnológica, medioambiente, recursos naturales y modernización del Estado.

La reunión de los cancilleres del Grupo de Río recibió escasa atención de la prensa local. Después de las sesiones de trabajo, la troika de este bloque, integrada por Chile, Colombia y Costa Rica, informó de los acuerdos que alcanzaron los ministros sobre el documento que analizarán los presidentes y jefes de gobierno de los países del Grupo de Río, en su reunión en agosto próximo en Santiago.

El texto aborda el impacto de la economía y la brecha tecnológica en el empleo y propone fortalecer el desarrollo, la democracia y la asistencia humanitaria en la región.

Al calor de la caída de la estación espacial Mir en el Pacífico, uno de los acuerdos consiste en buscar más protección ambiental de aquellas zonas que puedan verse afectadas por los desechos espaciales.

En materia del fortalecimiento democrático, el Grupo de Río reconoció la labor de la Organización de Estados Americanos (OEA), mencionando su vigilancia de las elecciones presidenciales peruanas.

También los cancilleres latinoamericanos apuntaron que la naturaleza del proceso de integración en la región va más allá de una liberalización del comercio de productos y servicios y requiere de una acentuación del diálogo político, fortalecer los acuerdos en materias internacionales e involucrar en forma más activa a la sociedad civil.

Las cumbres terminaron ayer con el encuentro de los cancilleres del Foro América Latina y Asia-Pacífico (Falae, una entidad que fue impulsada por Chile y Singapur) y se esperaba que ratificaran la incorporación de Cuba en este grupo, después que al nivel de altos funcionarios decidieran aprobarlo de manera unánime.

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