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El Ayuntamiento de Barcelona planea aplicar una tasa de un euro por noche a los turistas

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, había planteado en diversas ocasiones su intención de aplicar una tasa por turista y noche, pero no había llegado a concretarla por la oposición de los hoteleros. Sin embargo, recientemente éstos han dado un giro copernicano: están dispuestos a aplicar la nueva tasa siguiendo el consejo de algunas instituciones, como la Cámara de Comercio y, sobre todo, la Fira de Barcelona. Y negocian en paralelo con el Ayuntamiento poder gestionar el palacio de convenciones del Fòrum 2004, algo que se presenta muy problemático pues el consistorio ha convocado ya un concurso público para adjudicar la construcción y gestión de esas instalaciones. Al concurso se han presentado cuatro grupos: el francés General Location, de Lyón; el anglo-suizo Rectory International; el catalán Soteras, que gestiona hoteles y centros de convenciones, y el alemán Estrel Hotelbetrieb, que inicialmente parte como favorito.

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En las últimas semanas, representantes de los hoteleros daban por hecho que podían llegar a un acuerdo para gestionar el centro de convenciones, y para ello especulaban sobre la posibilidad de que el Ayuntamiento declarase desierto el concurso, algo que podría llegar a rozar el fraude de ley, puesto que los hoteleros han tenido la oportunidad de presentar su oferta y no lo han hecho. El Ayuntamiento mantiene una fuerte opacidad sobre este asunto, que según fuentes hoteleras, está vinculado a la negociación de la aplicación de la nueva tasa.

Un portavoz municipal reconoció ayer las intensas negociaciones de los últimos días en diversos frentes entre el Ayuntamiento y representantes del sector turístico, pero manifestó que 'no hay nada decidido'.

Pese a ello, fuentes empresariales aseguran que el proyecto de la nueva tasa ha sido encargado a Ramón Seró, gerente municipal, y a Pilar Solans, gerente del Departamento de Finanzas, Empresas y Patrimonio del Ayuntamiento de Barcelona.

La Fira de Barcelona, cuyos salones mantienen vinculaciones muy estrechas con los establecimientos turísticos de la ciudad, está dispuesta a respaldar la implantación de la tasa. A cambio, la Fira quiere que la gestión del nuevo centro de convenciones del Fòrum 2004 sirva a los intereses de los salones internacionales que se celebran en el recinto de Montjuïc y en el Polígono Pedrosa (Montjuïc 2), ya que el antiguo Palacio de Congresos de la avenida de la Reina Maria Cristina no responde a las exigencias del plan estratégico presentado recientemente por el Consejo de Administración del consorcio.

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La Fira quiere evitar a toda costa que el nuevo centro de convenciones -'se trata del palacio de congresos que tantas veces hemos soñado', afirman fuentes de la institución ferial- caiga en manos privadas como ha ocurrido con el centro de congresos del hotel Juan Carlos I, situado en la avenida Diagonal, cuya capacidad para acoger convenciones está limitada al número de plazas del hotel. Cuando el Juan Carlos está lleno, se rechaza las nuevas demandas para evitar a los clientes aglomeraciones e incomodidades. 'Esta política privada choca con los intereses generales de la ciudad', señalan fuentes relacionadas con el Barcelona Convention Bureau, organismo dependiente de la Fira y del Gremio de Hoteleros.

Las principales cadenas de la ciudad -Derby, Husa, Melià, Barceló-Sants, AC Hoteles, Hilton, Ritz-Carlton, etcétera- empezaron a mostrar su conformidad con la tasa turística después de conocer las conclusiones de un estudio sobre la oferta de servicios de Barcelona realizado por el Urban London Institute. Uno de los puntos de este estudio señala que Barcelona 'necesita un gran centro de convenciones gestionado en beneficio del interés general'.La presión de las instituciones económicas sobre el Ayuntamiento de Barcelona, destinada a convertir el palacio de convenciones del Fòrum 2004 en un centro cuya gestión se quede en manos de los operadores autóctonos, es más fuerte cada hora que pasa. El Fòrum ha abierto los viejos apetitos de una ciudad, cuyos protagonistas económicos parecen empeñados en llegar tarde y levantando polvaredas. Ocurrió en la Barcelona olímpica de 1992, cuando los hoteleros pasaron del desinterés a la aspiración monopolística; y ocurre de nuevo ahora, cuando los lobbies sectoriales -es el turno de los hoteleros, como antes fue el de los inmobiliarios en la zona del frente marítimo- tratan de permeabilizar a la Administración local ofreciendo contrapartidas.

Las cuatro ofertas presentadas en las plicas del consurso del palacio de convenciones 'no han resultado espectaculares y no concuerdan con las expectativas correspondientes a la imagen internacional de Barcelona', sostienen los hoteleros. El palacio de convenciones del Fòrum será el mayor de Europa, contará con una superficie total utilizable de 85.000 metros cuadrados y tendrá una capacidad suficiente para situar a 15.000 personas en un mismo acto.

Aliciente político

En el caso de la Fira, su presión sobre el Ayuntamiento ha cobrado en los últimos días un aliciente político añadido al entrar en escena la Generalitat, que desde el pasado mes de septiembre es accionista del consorcio ferial. El Departamento de Industria de la Generalitat, Administración competente en materia de ferias, critica al Ayuntamiento porque promociona el centro de convenciones del Fòrum 2004 'en vez de concentrar' -señala el Ejecutivo catalán- 'sus esfuerzos en la Fira'. El titular de Industria, Antoni Subirà, y el director general de Comercio, Jaume Angerri, encarnan ahora esta crítica después de haber destacado en su trayectoria pública por entorpecer la ampliación de la Fira en las instaciones de la Gran Via.

Sin embargo, esta política de poner palos en la rueda, desarrollada por Industria, no concuerda con el deseo de cooperar mostrado por el titular de Economía, Francesc Homs, que manifiesta mayor sensibilidad que Subirà en el momento de afrontar los retos de futuro de la entidad. Homs anunció hace unos días que la Generalitat pagará por fin los 3.000 millones de pesetas comprometidos con la Fira cuando entró a formar parte de su consorcio.

Siguiendo esta misma línea, los operadores económicos consultados tienen muchas esperanzas depositadas en el nuevo secretario general de Economía, Pere Galí, que tomó posesión del cargo hace apenas una semana. Los empresarios consideran que la futura gestión de Galí en el consejo general de la Fira 'chocará sin lugar a dudas con las reticencias que todavía hoy muestran los representantes del Departamento de Industria', según los mismos medios.

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