Repsol subirá casi un 11% la bombona de butano, que en abril costará 1.449 pesetas

Alfonso Cortina, a preguntas de los accionistas, apuntó que la imposibilidad de transmitir los costes del crudo al consumidor final durante 2000 ha supuesto una 'pérdida' de 30.000 millones de pesetas en gasolinas y gasóleos. También se quejó del bajo precio de la bombona de butano, que ha costado 20.700 millones a Repsol YPF el pasado ejercicio, y en este punto fue donde comentó la subida de este combustible desde las 1.309 pesetas actuales hasta las 1.449 pesetas que el Ministerio de Economía fijará como precio máximo el próximo mes de abril.

Una medida que afecta a casi 14 millones de clientes en España y donde la petrolera tiene un cuota del 99%. 'La bombona española es una de las más baratas de Europa y, eso que en otros países se paga aparte el coste de la distribución', explicó Cortina.

Críticas de los consumidores

Una subida que merecía ayer la crítica de organizaciones de consumidores, como la CEACU, para la que supone un perjuicio para las economías más débiles. La secretaria de Consumidores y Usuarios del PSOE, Isabel Pozuelo, comentó que el ministro de Economía, Rodrigo Rato, ejerce una política de precios del butano al dictado del presidente de Repsol YPF. 'En los últimos seis meses, el Gobierno ha acordado sin justificación alguna un aumento del 30% en el precio del butano', apuntó.

Pese a ello, el beneficio neto de la petrolera ascendió el pasado año a 2.429 millones de euros (404.000 millones de pesetas), con un incremento del 140%, de lo que resulta un beneficio por acción de 2,03 euros, el doble que en 1999. Repsol YPF ha bajado el porcentaje de beneficios que dedica a dividendos hasta el 25%, aunque le permitirá, por el gran crecimiento de beneficios, aumentarlo respecto a 1999 y pagar 0,5 euros de dividendo bruto por acción. Cortina se comprometió ante la junta de accionistas a mantener en los próximos años un crecimiento de al menos el 10% anual.

Cortina se refirió también al plan para reducir deuda, para lo que se abordará un programa de desinversiones de 2.500 millones de euros. Una reducción que llevará a la compañía a lanzar próximante acciones preferentes que, por sus características, no afectan a la solvencia (rating) de la compañía. También se refirió a la crisis de la economía argentina. En el hipotético caso de una devaluación del peso, estimó un impacto de 700 millones de dólares en el patrimonio de Repsol YPF, que se vería en parte compensado por la apreciación del dólar.

En la junta se aprobó también un plan de incentivos para los ejecutivos por un importe de 14,5 millones de euros (2.412,5 millones de pesetas), que vendrá a sustituir a la remuneración variable que percibían. El presidente de la compañía hizo hincapié en su estrategia en gas natural y electricidad para los próximos años y exigió un marco regulatorio estable para el sector.