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ESCENA | EL MONTAJE 'DIKTAT', DE ENZO CORMANN, INAUGURA EL NUEVO TEATRO

Cuatro empresarios convierten un antiguo almacén de telas en una sala alternativa

Quieren una buena iluminación, un escenario móvil, un despacho digno, vestuarios y suficientes medios técnicos. Y eso cuesta mucho dinero. Pero el obstáculo económico no ha frenado las pretensiones de Miguel Ángel González, Antonio Martínez, Miguel Torres y Salvador Navas, que cuentan con multitud de proyectos para la nueva sala alternativa Lagrada. 'Queremos que se convierta en un referente cultural en Madrid; además de teatro, pretendemos dar conciertos los domingos por la mañana y montar exposiciones de todo tipo', explica Miguel Ángel González. Se toparon con el local de manera fortuita. 'Vimos un cartel de 'se alquila', entramos y de repente nos vimos hablando del lugar donde colocaríamos el escenario, etcétera; era perfecto para lo que buscábamos', señala Antonio Martínez. De momento, una mesa de madera y un flexo ejercen de despacho; una veintena de sillas de tijera colocadas en forma de herradura forman el patio de butacas (tendrá un aforo de 72), un espacio apartado con unas cortinas negras se ha convertido en el vestuario y un enorme andamio es la única escenografía del montaje Diktat.

'Podríamos haber montado cualquier otra actividad, pero somos unos locos y unos enamorados del teatro; de hecho, yo conocía a Miguel Torres de trabajar con él en la sala Ensayo 100, de la que fue fundador', matiza González.

Los nuevos empresarios han solicitado dos tipos de ayudas a la Comunidad de Madrid y esperan la respuesta con ansiedad. Mientras tanto, desgranan sueños. Tienen una pequeña orquesta de cámara con 10 músicos que prepara conciertos para los domingos por la mañana, 'sin mucha percusión para que los vecinos no se quejen'. También han decidido ceder la sala a grupos jóvenes con escasez de espacios, para representar sus montajes, y convertir sus pasillos en improvisada sala de exposiciones. Este nuevo teatro está justo enfrente de otro, Cuarta Pared, si bien la cercanía 'no significa nada', según los empresarios de Lagrada. 'Nos beneficia a todos que haya muchos teatros; además, los vecinos prefieren una sala así antes que un bar, según nos han contado ellos mismos', aclara Martínez. Por lo pronto, estos mecenas se han estrenado con la obra Diktat, que representan los sábados y los domingos a las 20.30. Trata del reencuentro de dos hermanos bosnios de etnias enfrentadas a quienes la guerra mantuvo distanciados durante 25 años.

Pasillo de entrada de la sala Lagrada, el pasado sábado
Pasillo de entrada de la sala Lagrada, el pasado sábadoRICARDO GUTIÉRREZ

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