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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Monólogo frente a un muro

España cumple sin alardes ante Liechtenstein y Hierro iguala con 26 tantos a Butragueño como máximo goleador

Santiago Segurola

El juego de la selección española se mira con lupa en estos tiempos de sospecha. Son las consecuencias del desencanto de los últimos meses. La gente está con la mosca y los jugadores parecen ansiosos, de tal forma que ya no existe la comunión del primer año de Camacho, en el que todo era entusiasmo. En este plan, el partido con Liechtenstein puede mirarse con ojos críticos. España ganó, como se suponía, con un buen número de goles y sin demasiado fútbol. Entre las prisas de la selección por ganarse el favor de los aficionados y el muro defensivo de Liechtenstein, no había posibilidad de jugar bien. Fue el típico encuentro odioso para los jugadores, que no disfrutan y acaban hartos de darle a la manivela, un monólogo pesadísimo del que no conviene sacar mayores conclusiones. Para eso habrá que esperar al miércoles contra Francia.

A España le sobró ortodoxia y la faltó frescura para imponerse a un equipo que desdeñó el juego probablemente porque no lo tiene. Todos sus recursos fueron defensivos, por amontonamiento más que nada. Tampoco se le pueden hacer reproches a Liechtenstein, una selección que está condenada a defenderse por una simple cuestión de números. Con 30.000 habitantes, una larga tradición en el esquí y ninguna en el fútbol, es una anécdota en el mapa futbolístico. Sirve como saco de golpes para selecciones como España. Dura vida la de esta gente.

Los goles fueron menos de los esperados, pero nadie confiaba en una victoria por aplastamiento, como aquéllas frente a Austria y San Marino, cuando España era un avión y cada partido invitaba a la fiesta. Ahora todo es más rutinario y eso se nota en el juego, que ha perdido vibración. Frente a Liechtenstein hubo más academia que buen fútbol. Apenas se vieron regates, paredes, movimientos por sorpresa. El balón circuló de un lado a otro y vuelta a empezar.

Los jugadores españoles sabían que los goles llegarían en mayor o menor medida. Así ocurrió: Helguera, que comenzó junto a Guardiola, se descolgó con una llegada al área y un remate en plancha que abrió la cuenta. Helguera no está fino. No participó en el juego, eclipsado por Guardiola, y terminó por buscarse la vida como llegador, no como medio de ataque, que era lo más conveniente. Esa posición la desempeñó perfectamente Valerón en la etapa anterior a la Eurocopa, pero su fracaso en el torneo final fue estruendoso. Así que a Helguera le toca aprender.

Mendieta marcó el segundo tanto, un estupendo gol de volea que confirma la idea que se tiene de este jugador. Sirve para el roto y para el descosido. Probablemente, su posición ideal está en la media punta, donde no acostumbra a jugar. Ayer comenzó por la banda derecha, pero por necesidades del guión -se lesionó Munitis en el primer tiempo- tuvo que trasladarse a la izquierda. El gol lo marcó desde la luna del área con un zurdazo que sorprendió al portero.

La única nota de color la daba Raúl, el más activo y el más completo del equipo español por astuto y rematador. Sin embargo, sus tiros se escapaban por dos dedos o eran desviados por el joven portero de Liechtenstein. La cosa terminó en algó personal. Raúl estaba decidido a marcar y lo consiguió en el segundo tiempo, poco después de que Hierro lograra igualar a Butragueño a la cabeza de los goleadores de la selección. Teniendo en cuenta la posición de Hierro, sus 26 goles con España hablan de su gran categoría como futbolista y del olfato que siempre ha demostrado frente a la portería.

El encuentro se aligeró en los últimos 30 minutos. A Liechtenstein le pesaban los goles y el cansancio. Las ocasiones se sucedían con mayor frecuencia, cada vez más claras, con los jugadores menos atentos al guión. Eso es lo que necesitaba el partido. Eso y algún gol espectacular, como el que anotó Mendieta en un remate sensacional que cruzó de izquierda a derecha. La pelota entró por la escuadra. Un gol que puso de manifiesto la importancia de este jugador, quizá el más versátil de nuestra Liga. Así se cerró la cuenta en Alicante. Ni larga, ni corta. Suficiente para marcar diferencias y sumar puntos, como no podía ser de otra forma.

Hierro besa a Guardiola en el partido España-Liechtenstein.
Hierro besa a Guardiola en el partido España-Liechtenstein.EFE

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