Guerra de redobles

El ruido es algo muy distinto a lo que ayer se oía en la localidad castellonense de L'Alcora. Y todo ello a pesar de la presencia de cerca de 15.000 tamborileros, participantes en la XVI jornadas nacionales de exaltación del tambor y el bombo, procedentes de 21 localidades pertenecientes a las comunidades autónomas de Murcia, Andalucía, Castilla-La Mancha, Aragón y la Comunidad Valenciana. 15.000 participantes en lo que, según dicen, constituye el máximo acontecimiento de este tipo en lo que se refiere al mundo del tambor y el bombo en España, donde 'su misión es conseguir la unión y la amistad de todos los pueblos tamborileros participantes', según señala José Luis Esteban, organizador de las primera jornadas que se celebraron en esta localidad, hace ahora diez años.

Los sonidos de los tambores y los bombos son múltiples y perceptibles en un acto como el de ayer, un desfile en el que participaron representantes de todos los municipios. Para Esteban, las diferencias entre unos lugares y otros, todos con una arraigada tradición en estos instrumentos, son palpables. Las variaciones no sólo se hallan en los toques sino también en los trajes de quienes los hacen sonar e incluso en los mismos instrumentos o en la forma de tocarlos.

En el caso del Bajo Aragón, de donde vino la tradición alcorense con un grupo pionero en la Comunidad Valenciana, tanto en el grupo de tambores como en el de bombos existe gran variedad de ritmos, con muchos cambios con los que se interpreta verdadera música. El grupo de Albacete se caracteriza más por la ornamentación de sus instrumentos, mientras el toque se realiza de forma más individualizada. El 'racataplá', típico de Hellín, va acompañado de un lujo insospechado para los profanos en la materia. Los tambores de Albacete se muestra increíblemente engalanados hasta el punto de estar forjados en oro y pedrería. Eso los convierte en verdaderas joyas valoradas en millones de pesetas.

En Murcia, también existe una gran variedad de toques, pero su peculiaridad se encuentra en el tamaño de los tambores y en el modo en el que se lo colocan sus intérpretes, de forma vertical. Éstos además, se distinguen por la extremada tensión con la que se colocan las pieles de estos instrumentos. Además, los tamborileros lucen originales trajes que acompañan al espectáculo.

En Andalucía, Baena se alza como la 'sede' del tambor y el bombo. El 'genuino' es el 'gitano de Baena'. Éstos van ataviados con pantalón azul, chaqueta roja, pespunteada en dorado, y con unos cascos con plumas y crines que les llegan a la cintura. La rivalidad, entre los propios paisanos, se hace patente por el color de estas crines. Así, coliblancos y colinegros protagonizan su peculiar 'guerra' de tambores.

L'Alcora se ha preparado con afán para recibir a los intérpretes de los redobles. Ayer, después del desfile se celebró el acto de exaltación del tambor, en el que cada pueblo exhibió su propio toque. Hoy, el llamado acto central servirá para que cada municipio presente su pueblo al resto de los participantes. Para éste, L'Alcora ha preparado una representación de la historia y orígenes de la ciudad con la participación de más de 300 personas. Además, L'Agència Valenciana del Turisme ha instalado una cámara web para seguir en directo a través de internet la 'tamborada' en la dirección www.comunitat-valenciana.com.