El nombre y la cosa
Si te ves impotente para transformar las cosas, siempre te queda el recurso de cambiarles el nombre. La decisión del Gobierno catalán de modificar la codificación de las carreteras catalanas se ajusta como anillo al dedo al aforismo clásico. Con cerca del 40% del Plan de Carreteras de Cataluña -aprobado en 1985- pendiente todavía de ejecución, con la cuestión de los peajes por resolver, con los boletines informativos repitiendo machaconamente cada mañana que los automóviles -aquí, allá y acullá- se encuentran 'parados en ambos sentidos de la marcha' ... el Departamento de Política Territorial decide que el cambio de nombre de las carreteras es una prioridad de primer orden.
Los argumentos a favor del cambio son opinables. El sistema actual responde efectivamente a una concepción radial y fue instituido hace muchos años. Quizá algunos que defienden su modificación ignoran que quien lo ideó fue un ingeniero catalán: Victoriano Muñoz i Oms, nacido en Lleida el año 1900 y desaparecido hace apenas unos meses, a la respetable edad de 100 años. Además de trabajar para el Comité de Obras Públicas en el primer franquismo (cargo en el cual estableció el sistema de codificación viaria ahora contestado), a lo largo de su prolongada existencia el ingeniero Muñoz i Oms hizo otras muchas contribuciones. Entre ellas se cuenta el diseño del Plan General de Obras Públicas de la Generalitat republicana (1935), plan que ya preveía el Eje del Ebro, el Transversal y el Tarragona-Valls-Tàrrega-Ponts-La Seu d'Urgell. No deja de ser una ironía que el Gobierno que con tanta audacia revisa la codificación de Muñoz i Oms se haya mostrado incapaz de completar los proyectos previstos en su plan hace ahora 66 años.
Pero si opinables son la oportunidad y los criterios del cambio, el juicio sobre la forma como se ha realizado no puede ser más que uno: mal. La información a los usuarios ha sido escasa, la cartografía oficial con la nueva denominación no está disponible y no hay datos claros sobre los costes de la operación.
El pasado verano, mientras estábamos todos distraídos con el debate sobre las nuevas placas de matrícula, el Gobierno del PP canceló, de un solo golpe, buena parte de las competencias de la Generalitat en materia de urbanismo. Pese a que la decisión era claramente inconstitucional, CiU decidió no recurrir la medida ante el Tribunal Constitucional por temor a agraviar a sus socios parlamentarios. Las matrículas ante el urbanismo, los códigos ante las carreteras, los gestos ante los actos, los nombres ante las cosas. Volvamos a los clásicos: 'Nomina nuda tenemus'.
Oriol Nel.lo es consejero de política territorial en el gobierno alternativo del PSC.
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