La abstención del Gobierno permitió la inclusión de Colombia en la 'lista negra'
Las autoridades españolas no se opusieron en ningún momento a que todos los países de la Unión Europea (UE), sin excepción, exijan visado a los ciudadanos colombianos. La postura española ha levantado protestas al otro lado del Atlántico.
La decisión se tomó hace una semana en una reunión de ministros del Interior de los Quince. En la votación, el ministro español, Mariano Rajoy, anunció que se abstendría. El anuncio de Rajoy sorprendió a sus colegas porque, según fuentes oficiales de la Comisión Europea y conocedoras de las deliberaciones del Consejo de Ministros, España no se había opuesto a esa posibilidad a lo largo de los casi doce meses que duraron las negociaciones para elaborar la lista de 132 países a los que se exigirá visado a partir del 1 de abril.
No obstante, la abstención no significa en esas votaciones una oposición a la propuesta. Fuentes de la representación española intentan justificarse afirmando que 'no hubiera sido razonable' que España votara en contra de la política común europea para vigilar de forma más severa a ciudadanos procedentes de países que son la fuente de un sensible porcentaje de la droga que se dirige a Europa y de inmigrantes irregulares. Entre esos países, la UE incluye a Colombia.
A pesar de que funcionarios del Ministerio español de Exteriores insisten en que las autoridades colombianas han expresado en varias ocasiones su interés en que la UE pida visados porque así tendrían acceso al movimiento de personas sospechosas, el Gobierno de Bogotá lo niega. De hecho, el titular de relaciones Exteriores del país iberoamericano, Fernández de Soto, calificó la medida adoptada por España y el resto de la UE como 'injusta y desproporcionada'.
El origen de la elaboración de la lista negra se remonta al Tratado de Amsterdam (1997), según el cual la UE debe redactar una norma común sobre visados. El Ejecutivo comunitario presentó su propuesta hace un año y dio el primer paso para su aprobación en diciembre pasado, cuando el Consejo de Ministros de Interior llegó a un acuerdo político y lo elevó al Parlamento Europeo. Los embajadores de la UE dieron los últimos retoques al texto no por el caso de Colombia, sino por el problema que planteaba la inclusión de Rumanía, país candidato a ingresar en la UE.
El jueves 15, la UE adoptó finalmente el reglamento. En las votaciones en el Consejo de Ministros la abstención sólo se puede interpretar como un gesto político, pero no tiene ningún efecto en casos como el aludido, ya que todos los demás países, como estaba previsto, votaron a favor.
Con el texto aprobado, Italia, Alemania y Austria -que ahora tampoco exigen visados a los colombianos- también tendrán que asumir lo aprobado. Pero en el caso de España las connotaciones históricas son distintas.
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