La decisión socialista de rechazar las alianzas preelectorales aviva la pugna por el tercer espacio

La firme decisión del partido socialista de no alcanzar ningún acuerdo preelectoral en los próximos comicios ha provocado una polvareda en las formaciones a la izquierda del PSPV, que compiten por elaborar la mejor estrategia con la que convertirse en el tercer espacio político. Desde el Bloc Nacionalista Valencià a Esquerra Unida, pasando por Nova Esquerra y Els Verds se es consciente de que un error en la manera de afrontar las próximas elecciones autonómicas puede ser letal. Las negociaciones informales se han iniciado ya entre los afectados.

Los que primero tendrán que adoptar decisiones cruciales sobre su futuro son los integrantes de Nova Esquerra, que a finales de este mes afrontan su tercer y, probablemente, último congreso federal y que se hallan divididos entre los partidarios de integrarse en la disciplina socialista y mantener su propia identidad corporativa. PSOE-Progresistas ya ha adelantado que no repetirá coalición. Los partidarios de la integración tienen claro su futuro, pero los integrantes de Nova Esquerra empeñados en mantener su identidad y autonomía abogan por establecer una nueva coalición con fuerzas verdes y autonomistas.

Esta estrategia, aunque complementaria con la que mantienen Els Verds a nivel estatal choca con la poca implantación de los verdes en el País Valenciano. Así, la formación de David Hammerstein da por finiquitada la coalición electoral que mantuvo con los nacionalistas del Bloc y ya ha iniciado sus contactos con el PSPV de cara a las próximas elecciones. Els Verds aseguran que ya están gobernando con los socialistas en Andalucía y Baleares, por lo que lo más coherente sería establecer un acuerdo similar con el PSPV.

Esquerra Unida, una formación que desde los comicios autonómicos de 1995 ha ido a menos en la Comunidad Valenciana, busca reforzar su presencia en los movimientos sociales, así como pescar en las revueltas aguas de la izquierda descontenta con el PSPV-PSOE para mantenerse como partido parlamentario en los próximos comicios. Así, el coordinador general de Esquerra Unida, Joan Ribó, ya ha advertido a la militancia de que deben estar con los brazos abiertos para recibir a aquellos integrantes de Nova Esquerra que se marcharon de la coalición y que ahora podrían volver por su oposición a la fusión con los socialistas.

Sin embargo, quienes más avanzada tienen la estrategia de construcción del tercer espacio -al menos formalmente- son los dirigentes del Bloc que preside Pere Mayor. Los nacionalistas se han dotado de unos estatutos esponja capaces de integrar prácticamente cualquier tipo de colectivo, han reforzado su cuota de poder en las últimas elecciones locales y están limando las aristas del poliedro valencianista para recoger la papeleta del votante que no se identifica con las políticas estatales. En privado, alguno de los integrantes del Bloc no ocultan que, si Esquerra Unida no frena su tendencia a la baja, los valencianistas serán los principales beneficiados del previsible trasvase de votos. Una hipótesis en la que los integrantes de la corriente nacionalista Esquerra i País de Esquerra Unida cobrarían un destacado papel, ya que el adelgazamiento electoral de la coalición que dirige Joan Ribó les ha dado mayor peso específico en el futuro del partido.

La dirección del Bloc reconoce que la coalición electoral con Els Verds y Valencians pel Canvi -ahora reconvertidos en asociación cultural- fue meramente coyuntural en un intento de mantener la imagen de Entesa de izquierdas frustrada a última hora por socialistas y Esquerra Unida en un pacto al Senado que no tuvo ningún efecto.

A esta situación de elaboración de estrategias en busca del 5% del voto emitido que garantice presencia en las Cortes Valencianas en la próxima legislatura, hay que añadir los esfuerzos de los partidos por lograr que grupos independientes y colectivos de izquierda locales se integren en la disciplina partidaria. Todo ello con el fin de lograr un objetivo que el Partido Popular ha alcanzado holgadamente, evitar la dispersión del voto progresista.