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Entrevista:SARAH CHANG | VIOLINISTA

'La música de cámara es lo más duro, es algo muy íntimo'

Su violín parece tener ojos, manos, piernas. También parece que llora cuando tiene hambre. Es como la única muñeca que ha acompañado a Sarah Chang desde que lo cogió por primera vez a los cuatro años hasta ahora, cuando con 20 recién cumplidos se gana la vida con él. La niña prodigio estadounidense, apadrinada y vigilada de cerca por los consagradísimos directores Simon Rattle, Zubin Mehta o Kurt Masur, ha pasado esta semana por España con su grupo de cámara para ofrecer piezas de Chaikovski y Devorak, un repertorio que grabará ahora en Berlín. 'Será mi primer disco de cámara. Grabo uno al año desde que hice el primero con 11 años. Cuando empiezas es difícil parar', cuenta sin que parezca que le molesta su vorágine.

Lleva seis semanas entre giras y ensayos sin descansar un día. Se ha tomado en serio su primer tour con un grupo de cámara que le ha diseñado a capricho Simon Rattle, el maestro inglés que a partir del año que viene será director titular de la Filarmónica de Berlín. 'Cuando me planteé hacer un sexteto de música de cámara el primer sitio en que pensé fue Berlín. Allí Simon Rattle escogió a los maestros que mejor pudieran ir con mi forma de tocar y con mi carácter', dice la risueña Chang, con la energía que no ha sido derribada ni por el cambio de horario, ni por el ambientador y el hilo musical del hotel en el que se hospedó en Madrid tres días.

En fin, los músicos que más pegaran con su carácter... ¿Y cómo es el carácter de una recién exteenager, que ha tocado con las mejores orquestas del mundo ya, con los mejores directores -aparte de los padrinos, con Daniel Baremboim, Riccardo Muti, Bernard Haitink, Lorin Maazel, James Levine, Colin Davis...-, y ha grabado ya 11 discos? 'Estoy aprendiendo, la música de cámara es lo más duro, muy íntimo, tienes que saber y sentir cada momento lo que hacen tus otros compañeros', responde yéndose por las ramas, evidentemente, la chica afable pero impenetrable a la manera oriental, rasgo de sus antepasados coreanos que fueron a parar a Filadelfia, donde todavía reside cuando no da tumbos por los escenarios del mundo.

Ya, ya, pero, ¿cuál es su carácter? 'Soy una joven de 20 años. La música es mi vida normal, no echo de menos otro tipo de vida. Disfruto de mi familia cuando estoy con ellos en Filadelfia, procuro pasar tiempo con mi hermano de 13 años, jugar al tenis con él, ver películas, ir de compras. También le gusta la música, toca el violonchelo, pero no para dedicarse a ello. En mi casa creen que con lo mío ya basta para todos', cuenta. Aúna su persona con lo que interpreta y da alguna pista sobre su alma: 'Mi carácter personal es el mismo que el musical. Tengo un repertorio romántico'.

Pero el suyo parece un romanticismo alegre, de algarabía y bulla: 'Estos días voy a aprovechar para ir a escuchar flamenco. Me encanta el flamenco, adoro este país, la gente, la luz, la comida, la vida, las tiendas', dice en plan expansivo, para luego volver a hablar de su trabajo en el mismo tono epicureísta, alejado del recogimiento atormentado con que se toman su vida algunos colegas suyos. ¿Adónde pretende llegar a este ritmo? 'Pretendo ser feliz con lo que hago, aunque para eso no basta con dar conciertos. Espero, además de ser una buena solista, saber rodearme de gente que me pueda ayudar a crecer sin aburrirme, poder abordar todo tipo de música, siempre sabiendo que esto no son matemáticas, que hay que relajarse y disfrutar'.

Beethoven, en 2002

Por ahora, ha sabido con quién jugárselas. 'Rattle, Mehta, Kurt Masur me han visto progresar y saben lo que me conviene. Aprendo más con ellos que sola'. Y son ellos los que le han recomendado, ante todo, prudencia, como el maestro de Kung fu a su pequeño saltamontes. Por ejemplo, todavía no tocar música de cámara de Brahms o conciertos de Beethoven. 'Entre el repertorio que estuvimos manejando para la gira con mi grupo de cámara nos planteamos hacer Brahms, pero eran piezas que podían formar parte de una gira futura y decidí postergarlo', afirma. 'En cuanto a Beethoven, mi primer concierto en público suyo será en 2002. Lo he estudiado, pero creo que llegaré a entenderlo bien cuando tenga 40 o 50 años, no sé, soy joven, tengo mucho tiempo; a Brahms, por ejemplo, lo estudié con ocho años y cuando lo he vuelto a ver ahora siento que está a millas de distancia'.

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