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INMIGRANTES EN ESPAÑA

Intelectuales de América Latina condenan las trabas a la inmigración

Carta abierta del premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez y otros cinco intelectuales al presidente Aznar

La determinación de incluir a Colombia en la lista de países a los que se les limita el acceso a la Unión Europea se venía rumoreando hace un tiempo, y se hizo realidad en la reunión del Consejo de Ministros del Interior celebrada el pasado jueves en Bruselas, al que asistió Mariano Rajoy.

Para el ministro de Relaciones Exteriores colombiano, Guillermo Fernández de Soto, la decisión comunitaria está justificada: 'Hay un grupo minoritario de malos colombianos que nos hacen quedar mal en el exterior y que generan este tipo de situaciones que perjudican a la mayoría de los colombianos de bien'.

Cree posible que en un futuro, y 'con un comportamiento adecuado', se pueda revisar esta disposición. 'Si nos atrevemos a hacerle un reclamo a esa gran nación que nos enseñaron a considerar, con razón o sin ella, como nuestra Madre Patria, es por el hondo convencimiento que tenemos de no ser ajenos a España', dicen los intelectuales, quienes dejan en manos de Aznar una 'decisión' de unión o desunión con los pueblos latinoamericanos.

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Aunque la medida abarca a los cuatro países de la Unión Europea que no habían adoptado aún esta exigencia (Italia, Alemania, Austria y España), lo que duele en este país de 40 millones de habitantes es que incluya a España, porque después de Canadá, es el país elegido por muchos colombianos que huyen de la violencia y de la angustia de vivir sin esperanza.

Y se calcula que en los últimos tres años más de un millón de colombianos han emigrado. 'Se está estigmatizando a Colombia. El problema del narcotráfico nos ha convertido en parias ante el mundo. El visado es discriminatorio, perverso', señaló a este periódico Jorge Rojas, director de una organización no gubernamental que trabaja con desplazados. 'Cerrar las puertas a otros países es, para muchos, cerrarles el derecho de vivir. España vivió una guerra civil y el mundo fue solidario con sus inmigrantes, y ahora nos cierran la puerta', añadió.

Para este defensor de los derechos humanos y de la paz negociada, la decisión hará que aumente la migración a otros países latinoamericanos 'donde ya se siente fatiga por la de la presencia de colombianos'. En un país que se está reventando por dentro, donde el año pasado hubo 317.000 desplazados, 'salir es una opción de supervivencia', asegura Jorge Rojas.

Para el congresista independiente Gustavo Petro, este mundo desigual va a estallar; los jóvenes del Sur van a llegar al Norte 'con visado o sin él'. Sin embargo, para el sector turístico se trata de una medida positiva. 'Frena la salida de los que quieren ganarse la vida trampeando', opina la dueña de una agencia de viajes.

Otros esperan, por el contrario, que la exigencia de visado ponga fin al drama de los colombianos que después de invertir sus pocos ahorros en un billete son devueltos en las fronteras, como ha ocurrido en varias ocasiones. Estos viajeros estafados regresan, además, con un sello negro en el pasaporte que les impide ingresar a los países del área de Schengen durante 10 años.

Desde abril, cuando empiece a operar la medida, sólo habrá en el mundo 16 países a los cuales pueden entrar libremente los colombianos.

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