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Reportaje:

Costner recrea la 'crisis de los misiles'

El actor interpreta y produce un filme sobre el conflicto que en 1962 enfrentó a EE UU y la URSS

A pesar de no dar un paso sin su novia, de 26 años, la discreta Christine, Kevin Costner no pierde ese aspecto de responsable -y algo turbio- padre de familia que tanto gusta a sus fieles seguidoras. A sus 46 años, el apuesto actor incluso ha logrado llevar a su terreno los estrepitosos fracasos de sus últimas películas y los implacables varapalos que le ha dado la crítica de su país. Tras el naufragio de las titánicas Waterworld y Mensajero del futuro, ambas protagonizadas, dirigidas y producidas por él, Costner ha adquirido el aire triunfante de un perdedor de lujo que, mimado por su fiel legión de admiradoras, sigue, a pesar de todo, su camino. De los críticos dice que están al servicio de la industria. De la industria, que está al servicio del dinero. De sus películas, que está 'orgulloso de todas'.

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Costner recaló ayer en Madrid, donde presentó su último trabajo, Trece días, que se estrenará en España el día 23, y en el que interpreta a Kenneth O'Donnell, asesor presidencial de John Fitzgerald Kennedy en octubre de 1962, momento en que el planeta enmudeció ante la desquiciada crisis de los misiles. Para hablar de este dramático episodio de la guerra fría, donde EE UU y la URSS estuvieron a punto de enzarzarse en un conflicto atómico a raíz del despliegue de misiles rusos en Cuba, el actor ha interpretado y producido una película de más de dos horas, dirigida por Roger Donaldson. El filme, estrenado en el Festival de Berlín, tiene un presupuesto de 80 millones de dólares (cerca de 15.000 millones de pesetas).

'No lo puedo evitar: me gustan las películas largas e históricas', señaló ayer el actor, con tono de disculpa. 'Crecí viendo películas como Espartaco, Ben Hur o El puente sobre el río Kwai. Muchas películas han llenado mi vida y mi vida está llena de películas. Lo que intento con el cine es crear momentos inolvidables'.

El actor ofreció una rueda de prensa en la que, de entrada, se disculpó por el contacto 'tan impersonal' al que se ve obligado con los periodistas. Se refería a las entrevistas de ocho minutos cronometrados que también concedió ayer. 'Antes de nada, quisiera saludarles y decirles que estamos muy contentos de estar aquí. A veces, todo va tan rápido que resulta muy frío'.

Abordado en plena rueda de prensa por el dueño de un pianobar de Marbella que quería su foto 'para el negocio', el actor hizo gala de su paciencia, de sus gafas de miope y de su coquetería. Al verse obligado a llevar unos enormes y obsoletos auriculares negros sobre su cabeza para escuchar la traducción comentó: 'Espero que no me hagan fotos así; estoy muy poco glamouroso con estos auriculares de Mickey Mouse'. Costner habló de la fascinación que existe en su país en torno a Kennedy, a la que él ha contribuido con este filme, y sobre todo con JFK, la película de Oliver Stone en la que interpretaba al fiscal Jim Garrison. 'Yo no estoy fascinado con Kennedy, pero creo que fue un gran estratega y un líder que pensaba más allá de los intereses de EE UU. En la crisis de los misiles se comportó como ese gran líder'.

Trece días, que trata el conflicto sólo desde la óptica norteamericana, es la primera película que el nuevo presidente de EE UU, George W. Bush, proyectó en la recién ocupada Casa Blanca. Según Roger Donaldson, Bush invitó al senador Ted Kennedy y a su familia a ver juntos la película. 'Fue un gesto para tender lazos con los demócratas', dice.

'En Hollywood', continúa Kevin Costner, 'se han hecho muchas películas sobre hombres luchando y muy pocas sobre hombres que no querían luchar. Trece días habla de esos hombres. No es una película de buenos y malos; muestra las tiranteces que existían dentro de la Casa Blanca. Evitar la guerra fue una victoria mundial'.

Kevin Costner, ayer, entrando a la conferencia de prensa que celebró en un hotel de Madrid.
Kevin Costner, ayer, entrando a la conferencia de prensa que celebró en un hotel de Madrid.LUIS MAGÁN

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