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El primer ministro italiano propone abrir los mercados a los países pobres

Los países industrializados tienen el deber de ayudar a los países en vías de desarrollo a introducir las nuevas tecnologías, pero también a desarrollar estas economías todavía incipientes abriendo sus mercados a los productos que llegan de esos países. Ésta es la tesis que el primer ministro italiano, Giuliano Amato, defendió ayer en su discurso de inauguración del Tercer Forum Global sobre las Administraciones públicas, que ha reunido en Nápoles a representantes de 122 países, incluida España. Amato adelantó que esta propuesta será presentada por el Gobierno italiano en la reunión del G-8 (grupo de los siete países más industrializados, más Rusia) que se celebrará en junio en Génova.

Al igual que todas las reuniones que abordan problemas relativos a la globalización, el Forum convocó en las calles de la capital del mezzogiorno (sur) italiano a unos 2.000 manifestantes que se enfrentaron con la policía, que ha tomado prácticamente el centro de Nápoles. El ministro italiano de la Función Pública, Franco Bassanini, lamentó que los manifestantes rechazaran una invitación formal a participar en la sesión inaugural del Foro. 'Si lo hubieran hecho habrían escuchado las intervenciones del presidente de Camerún y del director general del Banco Mundial y también la mía, y habrían comprendido que esta reunión está más cerca de la de Porto Alegre (encuentro antiglobalización paralelo a la última cumbre de Davos) que de la cumbre de Davos'. Amato abogó por la apertura de los mercados a los países en vías de desarrollo como un instrumento esencial para su crecimiento conómico.

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