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González Macchi recompone su Gobierno para superar la crisis

El presidente de Paraguay, Luis Ángel González Macchi, anunció ayer varios cambios ministeriales con la intención de recomponer las fuerzas de su Gobierno. Las nuevas carteras corresponderán al Alcides Jiménez, especialista de la Administración Nacional de Electricidad, quien va al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones; Pedro Lino Morel, ejecutivo de la poderosa Cámara de Productores de Algodón, al Ministerio de Agricultura y Ganadería, y José Antonio Moreno Ruffinelli, ex embajador paraguayo en Brasil, quien ocupará la cartera del Ministerio de Relaciones Exteriores. Los cambios se dieron a conocer en coincidencia con una gran marcha campesina en la capital.

Treinta mil campesinos marcharon ordenadamente en la capital, Asunción. Ésta es la octava marcha que los agricultores paraguayos organizan puntualmente cada mes de marzo y ésta es la primera vez que traen una propuesta: comercializar el 30% de la producción de algodón, uno de los principales rubros agrícolas para los pequeños agricultores.

Los campesinos se unen a la preocupación generalizada sobre la situación acuciante del país y a la percepción, también generalizada, de que el actual Gobierno es totalmente incapaz de afrontar la crisis.

Hace dos años, los agricultores desempeñaron un papel preponderante en la crisis que desembocó en la renuncia del presidente Raúl Cubas, tras los hechos conocidos como "el marzo paraguayo". Su presencia en la capital, en coincidencia con el asesinato del vicepresidente Luis María Argaña, equivalió a una carta de apoyo fundamental a las nuevas autoridades y, uniéndose a otros sectores de la población, los campesinos firmaron un cheque en blanco a la nueva Administración.

Imagen del presidente

Ese apoyo incondicional ha mermado notablemente: la figura presidencial nunca estuvo tan debilitada. A diario surgen nuevas peticiones de dimisión y los rumores de golpe de Estado son tan comunes que pocos se alteran ante tal posibilidad.

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El principal cuestionamiento al mandatario es que éste ha demostrado escaso liderazgo. Poco a poco, González Macchi ha ido perdiendo prestigio y el respaldo de los seguidores de su propio partido. El internismo dentro del Partido Colorado, que el próximo 6 de mayo renovará autoridades, y las futuras elecciones municipales en agosto son la causa de que el Gobierno se resista a abandonar su tradicional política clientelista con respecto a los nombramientos de funcionarios del Estado. El apoyo del Partido Encuentro Nacional, que forma parte de la coalición gobernante, se ha ido haciendo más difuso y a nadie sorprendería que pronto se sumara al Partido Liberal, que dejó el Gobierno a menos de seis meses de asumir el nuevo Ejecutivo.

Al presidente se le recrimina que su Administración haya sido incapaz de tomar medidas contundentes como recortes administrativos y de saneamiento fiscal exigidos por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) que recientemente han enviado sus misiones al país sin haber logrado un compromiso firme por parte del Gobierno. Según los especialistas, el Plan de Emergencia Económico que será presentado públicamente por el Gobierno mañana, jueves, está muy lejos de plantear las medidas de choque para recuperar la confianza de los inversores internacionales.

A esto se suma el pobre papel que han cumplido sus ministros y colaboradores cercanos, muchos de ellos vinculados a denuncias de corrupción. El último de los escándalos afecta directamente al presidente, cuyo vehículo oficial fue importado con papeles falsos. La prensa brasileña ha llegado a publicar en estos días que el lujoso BMW, modelo 1998, había sido robado en Brasil.

El escándalo no sería tan grande si no fuera porque el Gobierno de González Macchi se ha embarcado en un ambicioso y costoso Registro del Automotor, que tiene como objetivo regularizar la situación del 50% de los vehículos que circulan en Paraguay.

Los nuevos nombramientos en el Gabinete son un tímido intento del Gobierno de González Macchi de recomponer sus fuerzas y dar un tenue giro de timón. A estas alturas, difícilmente pueden convencer a una población cada vez más desilusionada y agobiada por una serie de tarifazos que tienen como principal objetivo aumentar la recaudación del Estado, que tiene un déficit fiscal del 4,5% del PIB (producto interior bruto).

Irónicamente, la situación en el campo es prometedora: las buenas cosechas logradas este año alejan la posibilidad de un estallido social inminente. Un respiro momentáneo para el agobiado Gobierno paraguayo.

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