'Ya no me interesa la fusión, hay un rock del 2000 y quiero estar ahí'
La trayectoria de Txetxo Bengoetxea al frente de 21 Japonesas tiene quince años de historia. Aun así, este músico siente que su primer disco en solitario es un auténtico debú y así, Debut, titula este trabajo. 'He querido que pasara algún tiempo entre el último disco de 21 Japonesas y éste. No quería que Debut fuera un desteñido de Japonesas, sino que reflejara algo fresco. Era demasido fácil imitarme a mí mismo. Por eso Debut tiene algo de virginal'.
Es imposible que la voz de Bengoetxea deje de recordar a su anterior formación, pero los ritmos son distintos. 'El esqueleto de este disco es mucho más rock. 21 Japonesas era la búsqueda de un sonido propio a través de la fusión de fuentes muy alejadas entre sí', afirma.
Y ahora que todo el mundo descubre 'la fusión', este músico vasco recupera el rock. 'La fusión es un territorio que he visitado con intensidad, lo tengo demasiado visto', dice. 'Hay un rock del 2000 y yo quiero entrar ahí. Tengo la ilusión de aportar originalidad a lo que pueda hacer en música'.
Terreno conocido
Las canciones de este álbum tienen mucho de pop-rock, pero es evidente que hay un conocimiento del terreno, una exigencia de calidad y poco facilismo. 'La gente joven se siente muy afectada por el mercado', dice. 'Supongo que es una actitud asociada a la comida rápida, al momento político y a la búsqueda del resultado inmediato. Yo es que siempre termino por ir a contracorriente. Soy muy malo para los negocios. Para mí lo principal es la creatividad y el compromiso creativo. No da mucho dinero, pero se duerme bien'.
Las letras hablan de ilusión y de esperanza porque Bengoetxea es una especie de activista del optimismo. 'Vengo de una tierra que está cubierta por una densa nube gris. Tengo la impresión de que dominan siempre los intereses políticos por encima de los sociales. Veo muy poca generosidad con la gente que vive en el País Vasco. Mis héroes no son los políticos sino la señora encorvada que va a hacer la compra', afirma. 'Nadie habla allí de esperanza o ilusión y yo, aunque no soy ningún profeta, sí lo hago. Aunque sea como terapia personal. Si yo meto una hostia a la mesa es para decir 'Sí', no para decir 'No'. Creo que lo más vanguardista ahora es decir 'Sí'.
Babelia
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