_
_
_
_
Crónica:Copa del Rey | BALONCESTO
Crónica
Texto informativo con interpretación

Los grandes se enganchan a la copa

Barça y Real Madrid, acuciados por su fracaso europeo y por la cerrada competencia en un torneo que no ganan hace siete años

Robert Álvarez

Si una apuesta resulta decididamente arriesgada en el apretado almanaque deportivo es anticipar el nombre del ganador de la Copa del Rey de baloncesto. Y este año, en la expectante ciudad de Málaga, volcada con su equipo y con este deporte, la cita promete. En cuatro días y en siete partidos, ocho equipos se van a batir hasta que sólo uno quede en pie.

Nadie se fía de nadie, que para eso están los antecedentes. En cada partido puede suceder de todo. Y con esos datos en la mano se está intentando concienciar el Barcelona, que abrirá la competición frente al Fuenlabrada (18.45, autonómicas), un rival sobre el papel claramente inferior aunque acaba de recuperar a Perasovic y marcha sexto en la Liga.Y de manera parecida se lo toma el Estudiantes que a continuación (21.00,Canal +), deseará olvidar sus nueve triunfos consecutivos ante el Pamesa de Valencia para que un exceso de confianza no le lleve a darse de morros en la décima ocasión. El Tau de Vitoria estará en las mismas que el Barcelona mañana frente al Cáceres (18.45) antes de que se sirva el plato más condimentado de los cuartos de final, el Unicaja -Real Madrid (21.00).

De los ocho equipos al menos media docena comparecen con credenciales suficientes para postularse para el título. La novedad es que los dos grandes, Barcelona y Real Madrid, que desde hace siete años no ganan para disgustos en este torneo, llegan más acuciados pero a la vez más centrados y menos sobrecargados que otras veces después de haber sido eliminados prematuramente por el Benetton Treviso y el Paf Bolonia en la Euroliga. Ni la necesidad, ni el primer puesto que ocupa en la Liga el Barça garantizan gran cosa frente a un grupo de rivales que han perdido definitivamente el respeto a los dos gigantes.

Después de que hayan salido cinco campeones diferentes en los últimos cinco años y de que nadie haya repetido título desde que lo hizo el Barcelona en 1988, todos asumen ya la presión por ganar, empezando si se quiere por el Unicaja, que está avalado por el fantástico campeonato de Liga que viene realizando y que le sirve para ocupar el segundo puesto y haberse ganado el reconocimiento general por el bello y ofensivo juego que está practicando. Pero desde 1984 en Zaragoza los clubes que han actuado como anfitriones en la Copa no han conseguido alzarse con el título, en un dato que revela que nunca han sobrellevado la presión de actuar al amparo del público. El pabellón Martín Carpena de Málaga, inaugurado la pasada temporada, pese a los problemas estructurales que impidieron que se disputará en él ya la pasada edición de la Copa y las goteras que aparecieron hace sólo unos días, tiene agotadas sus 8.500 plazas para los cuatro días que durará la Copa, como era de esperar en una ciudad en la que desde hace años nunca sobra un asiento cuando juega Unicaja, que pasará una auténtica de prueba de fuego mañana ante el Madrid.

Incertidumbres

Todos los equipos se presentan con pros y contras. Resulta difícil situar el fiel de la balanza. Estudiantes, que defenderá el título que logró hace un año en Vitoria, lleva varios meses dando tumbos, fuera de Europa, clasificado para Málaga a última hora y encajando algunas palizas pero al propio tiempo, y a pesar de las dudas que le han hecho cambiar a Hill por Marlon Garnett, un buen tirador que llegó a jugar en los Celtics, viene de ganar con autoridad al Pamesa y al Barcelona. El Pamesa no anda fino pero cuenta con un equipo inicial de lo más respetable. El Tau asusta por la facilidad con la que se ha plantado en las semifinales de la Euroliga eliminando al Peristeri y al Olympiakos. El Cáceres, que debe su clasificación para la Copa gracias a su gran racha de siete triunfos en ocho partidos cuando siendo colista de la Liga Alfred Julbe relevó en la dirección técnica a Manolo Flores, y a pesar de que ha bajado al 11º lugar, también ha demostrado que le puede complicar la vida a cualquiera.

Y la Copa es un torneo que la experiencia ha demostrado ser generoso con los que parten como víctimas pero que actúan sin complejos y con el descaro y el estado de gracia que fomenta saber que un partido lo decide todo, el pase o el billete de vuelta para casa.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_