Otra vuelta en París

¿Ha cambiado Francia? La primera vuelta de las elecciones municipales parece indicarlo. En París, la capital que votaba a la derecha, la izquierda acaricia la posibilidad de gobernar por vez primera desde que se introdujo en 1977 la figura de un alcalde elegido por una asamblea municipal electa. El socialista Bertrand Delanoë es un candidato que refleja ese cambio: lleva 24 años de paciente oposición, es homosexual declarado y sus mayores valores son conocer a fondo los problemas de la ciudad y estar al margen de los escándalos que han salpicado la gestión de una derecha dividida. Quizá por ello, el más dañado de esta primera vuelta es el antiguo alcalde y hoy presidente de la República, Jacques Chirac. La segunda vuelta, el próximo domingo, promete ser apasionante.

En general, si en París la izquierda ha avanzado (aunque no tanto como se esperaba), en provincias, la derecha se ha mantenido. No ha habido oleada rosa, pero tampoco voto de castigo al Gobierno, ni estos comicios han sido la primera vuelta de las presidenciales de dentro de un año. Aunque ganar París ayudaría sin duda a la izquierda. Han sido elecciones locales. El primer ministro socialista, Lionel Jospin, así lo entendió pronto, al distanciarse de ellas. Pero el empeño de muchos de sus ministros por saltarse la nueva regla general que prohíbe los dobles mandatos, también le ha salpicado, pues algunos de los de más peso de entre ellos han sido castigados por el electorado. Por su parte, la extrema derecha, dividida y en declive, ha retrocedido, pero, aunque ha perdido la alcaldía de Tolón, tiene en su mano la de Orange. Al menos su lema de bandera, la resistencia contra la inmigración, no ha logrado centrar una campaña que ha girado sobre cuestiones locales, la descentralización y las medidas medioambientales, lo que explica el buen resultado relativo de los Verdes.

El hecho más novedoso de estas elecciones es que han sido las primeras en las que se ha aplicado la ley de la paridad entre mujeres y hombres en las listas electorales de todos los partidos. El resultado va a suponer la entrada de varios miles de mujeres en los concejos municipales, lo que augura iniciativas que a su vez impulsarán el protagonismo político de la mujer. Ésta es una Francia diferente.