Capello se da un capricho

Antonio Cassano es italiano, tiene 19 años, nació en Bari, juega en el equipo de su ciudad natal y, sin embargo, considera que la pelota, ese artefacto esférico que buena parte de sus compatriotas alejan de sí con el desdén del patadón, es un objeto precioso que merece atención y mimo.

Esa extraña relación con la pelota en el rudo universo futbolístico del calcio le ha convertido en un imberbe millonario. El Roma de Fabio Capello le pagará durante los próximos cinco años 3.600 millones de pesetas. 'Es un regalo para nuestro público', dice Capello. Un regalo caro, 5.200 millones más el bonus de la copropiedad del prometedor portero del Roma D'Agostino. En total la operación saldrá a los romanos por 8.750 millones, a más de 500 por cada año de vida de Cassano.

No es extraño, los jugadores de clase en Italia son un artículo de lujo: escasean. La imprudencia del chaval, su empecinamiento en coserse el balón a la bota, le han convertido en el octavo fichaje más caro de la historia del fútbol, y en el cuarto de la Liga que, con permiso de la española, gasta el dinero con mayor prodigalidad en la adquisición de futbolistas. Sólo Crespo, Vieri o Batistuta resultaron más gravosos para los clubes que los adquirieron que este joven. Un muchacho que hasta la fecha ha disputado 40 partidos en la serie A italiana y ha marcado 6 goles.

La imprudencia del gusto por el toque y la fantasía, la hereda del que el año próximo será su compañero de equipo, Totti, 'mi ídolo' dice. Su habitación en un viejo apartamento del casco viejo de Bari está presidida por un enorme póster del habilidoso mediapunta del Roma.

Lo cierto es que la búsqueda de jugadores de talento se ha desatado en Italia. Cassano sólo ha marcado tres goles en la Liga, pero un tanto suyo extraordinario contra el Inter hace dos semanas ha sido el acontecimiento televisivo del país. Las cadenas lo han repetido hasta la saciedad. Un solo gol ha disparado una fe ciega en las posibilidades de Cassano, Fanttantonio, le llaman en su país, para levantar junto a su compañero de la sub 21 italiana, Pirlo, el maltrecho orgullo futbolístico italiano. La euforia que despierta el juego de este delantero de estatura media, mide 1,75, ha llevado a que desde los corrillos deportivos se compare su regate con el de Gianni Rivera, el mítico interior italiano que destacó en el mundial de México en 1970.

En españa, Iker Casillas, el joven portero del Real Madrid no conoce las andanzas de su compañero de promoción escolar italiano, pero acierta cuando afirma que 'no sé quien es, pero seguro que es delantero'. Los seis fichajes más caros del planeta (Figo, Crespo, Batistuta, Vieri, Denilson y Anelka) juegan todos de medio campo hacia delante. La fiebre por buscar el desequilibrio que aportan quienes se encargan de la suerte del gol también llegó hasta el Juventus o el Manchester United. Los dos equipos, sobre todo el italiano, pujaron por Cassano hasta la evidencia de su firma con los de Capello. Después Carlo Ancelotti, técnico del Juventus, ante el fracaso de su contratación aseguró que 'no era un objetivo prioritario'

El habilidoso zurdo Cassano nació dos días después de la victoria de Italia en el mundial de España, el 12 de julio de 1982. Un dato anecdótico, que, sin embargo, todos los medios italianos han destacado como si fuese una premonición, un símbolo. Esa fecha delata la extrema juventud del joven delantero que con sencillez celebró su nueva vida de millonario comiendo una pizza con sus amigos.