'El Papa orando en La Habana de Castro es kafkiano y surrealista'
J. J. Armas Marcelo (Las Palmas de Gran Canaria, 1946), periodista y escritor, acaba de colocar en los anaqueles de las librerías su última novela, El niño de Luto y el cocinero del Papa (Alfaguara), un trabajo que 'bajo la máscara del thriller', se ambienta en La Habana durante la visita del papa Juan Pablo II. J. J. Armas Marcelo presentó el libro en Cádiz en el ciclo La Prensa en la calle.
Pregunta. ¿La Cuba de Castro con el Papa orando en público es un escenario más novelesco o surrealista?
Respuesta. Novelesco, surrealista, kafkiano e histórico y no sé cuantos adjetivos más que se podían concentrar en uno solo, que es irrepetible
P. Un corazón de Jesús gigante frente a la imagen del Che Guevara, ¿le habrá salido surrealista?
R. Ésa fue una postal en un paisaje único que se dio durante cuatro días en la Cuba del hombre fuerte, la de la dictadura castrista, y que yo imagino que no se volverá a repetir. Fue insólito.
P. Un cocinero del Papa que abre local en La Habana con un ex brigada roja, ¿qué hay de verdad en su novela?
R. Pues hay todo: don Angelo Ferri, que se llama así en la novela, se hace socio de bisnes, como dicen en Cuba, de un ex brigadista rojo, de un agente de la guerra universal llamado en la novela Mauro Manfredini, pero que, en realidad, Cuba lo conoce con el nombre de Mauro Casagrandi.
P. ¿O sea, que la realidad supera al ficción?
R. La realidad no es la apariencia, es siempre subterránea. Hay algo debajo de la realidad visible, que es lo que es exactamente la realidad. En Cuba eso se da cotidianamente en cualquier discurso doméstico, religioso y político. Eso es lo que un novelista tiene que traducir en palabras.
P. Lo más real en la novela parece la omnipresencia del hombre fuerte, ¿no?
R. Bueno, es que la omnipresencia en cada momento, en cada plaza y en cada casa, e incluso en la Constitución, es total. Es el sometimiento exasperante al que tiene sumido al pueblo cubano.
P. Dice que sus amigos le han ido contando la trama, ¿es una novela colectiva?
R. Efectivamente, es una novela coral. Me la cuentan tres personas con las que tengo una amistad cómplice: Natalia Bolívar y Monseñor Céspedes, que son cubanos, y el canario Teddy Bautista. Las voces de ellos en algunos casos están en la novela, y eso me apasiona más
P. ¿Cómo se tomaron la vista del Papa los cubanos, con fe o con humor?
R. Con las dos cosas y con respeto, porque saben que el hombre fuerte tiene un poder sobrenatural sobre ellos y porque de paso venía lo que los santeros negros profetizaban como 'el cocodrilo amarillo visitará a final de siglo la isla'. Ése era Su Santidad el Papa, con su bandera blanca y amarilla.
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