El día de las mujeres

El 8 de marzo no es un mal día para recordarlo: aquí y ahora es cuando es más fácil ser mujer. En cualquier otro momento de la historia, u hoy en muchos países, la condición femenina ha sido y es infinitamente dura. (...) La lucha feminista tiene aún, en el mundo, todas las dimensiones de una epopeya, a la conquista de los derechos fundamentales que son la vida, la libertad, la educación, la sanidad. En los países occidentales el largo camino ya recorrido por las mujeres (...) cambia un poco la perspectiva. (...) Estamos en la 'era del acceso'. ¿Tienen las mujeres, como los hombres, acceso a la mejor oferta educativa? ¿Tienen acceso a la representación política? ¿Tienen acceso al puesto que les corresponde en términos de competencia y experiencia? ¿Tienen el mismo sueldo por el mismo trabajo? ¿Tienen, a fin de cuentas, acceso al poder? (...) Si es honesto constatar lo que se ha ganado es sano ver lo que queda por conseguir. En nuestro país, hoy, la cuestión femenina y la cuestión social están imbricadas. Los parados muchas veces son mujeres (51,7%), mientras las mujeres están lejos de representar la mitad de la población activa. (...) Los contratados a tiempo parcial son contratadas. (...) Y no son esos tiempos-parciales-para-hacerse-cargo-de-los-niños a los que muchas mujeres se acogerían en ciertos momentos si fuese sin consecuencias nefastas para sus carreras. No, aquí hablamos de esos tiempos parciales obligados, esas jornadas desmenuzadas de cajeras de supermercados pagadas al sueldo mínimo sin esperanza de evolución y que son las que hacen los batallones de working poors a la francesa.

París, 8 de marzo