CiU y el PP votan propuestas distintas, pero no se critican y lanzan sus dardos contra los socialistas

Roig y Curto se emplearon con extraordinaria contundencia contra los socialistas en general y Pasqual Maragall en particular. El diputado tortosino del PP pasó por alto en su intervención las discrepancias respecto a CiU y resaltó los intentos de 'neutralizar las desventuras y contradicciones' internas del PSC con una moción sobre el Plan Hidrológico 'que no sirve para nada' y que 'se lo ventila en tres líneas'.

La verdad es que al PSC no le hacían falta más palabras para reflejar la oposición que ha provocado en toda Cataluña un plan que incluye el trasvase de 1.050 hectómetros cúbicos de agua del Ebro, en su mayoría hacia su lado sur. El objetivo de los socialistas, además de lanzar un segundo torpedo contra el plan hidrológico del PP con el claro objetivo de neutralizarlo, era conseguir que las diferencias entre CiU y sus aliados en el Parlament se pusieran en evidencia.

Logró todos los fines que se había propuesto: la condena del plan (122 votos contra los 12 del PP); dejar el proyecto del PP seriamente herido, porque la votación involucra al Ejecutivo catalán y supone que los dos gobiernos afectados más directamente por el trasvase (Aragón y Cataluña) se hayan pronunciado contra el plan. Y, finalmente, la quiebra de la mayoría conservadora en el Parlament, porque el PP se vengó de Pujol votando a su vez contra CiU en tres ocasiones.

Salvo que el marcaje a CiU tenga continuidad, la votación del PP tendrá un efecto balsámico sobre los nacionalistas porque, de golpe, les quita de encima dos cataplasmas que le quemaban la piel: les obliga a buscar para la central prevista por Enron en Móra un emplazamiento diferente y les impone la retirada de un Mapa Eólico que había levantado ronchas en las tierras del Ebro y en otras partes del territorio porque permite construir molinos de viento para generar energía en zonas protegidas.

Demagogia

El convergente Joan Maria Roig también se centro en atacar a los socialistas por lo que calificó de 'rosario de contradicciones y demagogias' sobre el PHN. Roig acusó al PSC de 'instrumentalizar el debate político'. Poco después, el conseller en cap, Artur Mas, elevó el tono y aseguró, en referencia a los socialistas, que se han dedicado a la 'manipulación sistemática de la gente de las tierras del Ebro'. Las objeciones de Roig a la propuesta socialista le llevaron a concluir que su obligación y la de su grupo era votar a favor 'por coherencia con las alegaciones' presentadas por Gobierno catalán.

Los motivos de la moción los relató Antoni Sabaté (PSC). El diputado socialista aseguró que el PHN, el proyecto de Enron y las posibilidades de masacrar zonas protegidas que abría el Mapa Eólico eran las gotas que colmaban el vaso de la insatisfacción en el sur de Cataluña. Unas comarcas a las que 'siempre toca recibir'. Sabaté reclamó un gesto decidido de la Cámara en forma de condena del Plan Hidrológico y pidió al Gobierno que dejara de dar tumbos en este asunto, con intentos de 'salvar los muebles' en el último momento.

También el republicano Ernest Benach se refirió a la crispación social de las comarcas del Ebro y reclamó de los diputados que manifestaran con 'voz clara y contundente' su rechazo al trasvase para ganar otra batalla en 'alianza con Aragón'. La diputada de IC-V Dolors Comas criticó que el Gobierno catalán haya esperado a las movilizaciones para 'reaccionar' y reclamó a Pujol que enmiende los 'errores' oponiéndose a los trasvases, del Ebro y del Ródano.