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Reportaje:

Un curso revisa las aplicaciones informáticas en las viviendas

Profesores de la Universidad de Jaén presentan las ventajas de la domótica, aplicaciones informáticas en viviendas

Dentro de muy poco tiempo, el teléfono móvil nos podrá avisar cuando haya humo o un escape de gas en la casa, alertarnos de que nos hemos dejado alguna luz encendida e incluso hacer de sistema antirrobo activando la iluminación de la vivienda cada cierto tiempo para disuadir a los ladrones. Son sólo algunos ejemplos de las ventajas que ofrecerá la casa de un futuro próximo, la que acabará imponiéndose en el siglo XXI.

Así lo entienden un grupo de profesores del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Escuela Politécnica Superior de Jaén, que han presentado en un curso los últimos avances de la domótica o, lo que es lo mismo, la tecnología de la electrónica y la informática puesta al servicio de los también llamados edificios inteligentes. Futuros ingenieros industriales, arquitectos, instaladores e informáticos se han interesado por un aspecto de la ciencia cuyo desarrollo parece imparable.

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'La domótica no es una utopía, ya es una realidad que en apenas cinco ó seis años podrá visualizarse', sostiene Bernardo Almonacid, uno de los coordinadores de este curso que, hasta hoy viernes, reúne a los principales investigadores del país en este campo. Los sistemas domóticos, explica Almonacid, permiten ya regular la temperatura ambiente de una casa, bajar o subir las persianas en función de la presencia o no de rayos de sol, encender el ordenador a determinadas horas o poner en funcionamiento el horno.

Los expertos creen que la casa del futuro reportará cuatro grandes ventajas: confort y bienestar (activar cualquier tarea del hogar desde un teléfono móvil), ahorro energético (encender automáticamente los electrodomésticos en horarios de tarifa nocturna o alertar de luces encendidas a través de los detectores de presencia), aplicación de la domótica a través de Internet (enviar o recibir una orden del hogar) y seguridad de las personas y los bienes. Sobre éste último punto, y por mediación de un sistema de reconocimiento de voz configurado al sistema, será posible que cualquier persona tenga conocimiento al instante de cualquier siniestro en su hogar.

Frente a los que crean que esta casa de ensueño es algo reservado sólo a ricos y aristócratas, los expertos desmontan cualquier teoría al respecto: 'Cualquier familia media puede aplicar la domótica en una vivienda de unos 100 metros cuadrados por poco más de 500.000 pesetas', asegura Bernardo Almonacid, miembro de una saga familiar que ha despuntado en Jaén por ser pioneros en la aplicación de energías renovables.

Sin embargo, si tantas son las ventajas, por qué se sigue hablando de una casa para el futuro y no para el presente. La respuesta de los ingenieros reunidos en Jaén resulta también concluyente: 'Tiene que ver con los intereses del mercado capitalista y de las grandes empresas constructoras', aclara Almonacid, quien se muestra convencido de que tan pronto pase la fiebre inmobiliaria de los últimos años de la peseta, los arquitectos y promotores de obras se verán obligados a ofrecer algo distinto para vender casas.

Eso es lo que piensa también Luis de Garrido, presidente de la Asociación Nacional de la Vivienda, doctor arquitecto e informático de la Universidad de Valencia. Su intervención sobre las tendencias de la sociedad del futuro, la tecnología y el hogar, las verdades y las mentiras de la domótica o el sistema ideal ha sido, sin duda, la que ha suscitado mayor interés entre los asistentes a este curso que ha formado a diseñadores de la casa del futuro.

Bernardo Almotacid (izquierda) y Francisco José Sánchez, durante el curso de domótica celebrado en Jaén.
Bernardo Almotacid (izquierda) y Francisco José Sánchez, durante el curso de domótica celebrado en Jaén.J. M. P.

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