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EL SÁBADO, DOBLE CITA EN LA GRAN BANCA.

Un año para reforzar los recursos propios del banco

El BSCH reúne hoy a unos dos mil directivos en Madrid, antes de la junta de accionistas, en una convención a puerta abierta que ya es tradicional. Hace dos años, en este foro, Emilio Botín citó la filosofía de El arte de la guerra de Sun Tzu, como ejemplo de estrategia comercial. Destacó la afirmación de que 'el que se adelante y ocupe el terreno de batalla tiene ventaja frente a su enemigo'. El año pasado su mensaje fue la eficiencia. '40, 40, 40', repitió con el objetivo de que las oficinas logren el 40% de eficiencia. Un reto que está todavía lejos de cumplirse. El banco ha cerrado el 2000 con un beneficio neto de 375.723 millones de pesetas, un 43% más; un activo de 58 billones, un 36% más; una plantilla de 126.757 trabajadores y 10.827 oficinas.

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Se supone que este año, vuelva a lanzar un mensaje de aliento a sus directivos. En cualquier caso, a buen seguro que recordará la necesidad de reforzar el banco para poder abordar nuevas compras en el futuro. La consecuencia del año frenético en adquisiciones que ha vivido el BSCH en 2000 ha sido la caída del denominado Ratio Bis de recursos propios, que mide, de forma genérica, la fortaleza de la entidad. Esta cifra, que técnicamente expresa el capital de que dispone la entidad para hacer frente a sus compromisos, ha pasado del 12,03% de 1999 al 10,86% de diciembre pasado. En 1998 estaba en el 12,48%. Si bien el ratio del BSCH es superior a las exigencias internacionales, situadas en el 8%, Botín ha reconocido que no se encuentra cómodo con esta situación y que este año volverá a los niveles del pasado.

La cuestión es cómo hacerlo: el banco ha descartado ampliaciones de capital, tras la del año pasado, así como vender participaciones en los socios bancarios europeos. La solución podría venir por la venta del 2,85% de Vodafone, que le puede proporcionar unas plusvalías de unos 750.000 millones. El problema es que la cotización de las operadoras de móviles sufren fuertes castigos.

Esta situación, complicada desde el punto de vista contable, resta capacidad de maniobra al BSCH y le puede influir a la hora de tomar una participación en Auna. El BSCH ha comprometido parte de sus beneficios a la amortización de fondos de comercio, capítulo que roza los dos billones de pesetas, y que sólo este año le supondrá detraer 150.000 millones de sus beneficios. Quizá por esto, Botín prefirió corregir un 5% la previsión de beneficio de este año y situarlo en 475.000 millones. Un año de prudencia.

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