Losantos Omar pasa a la historia
El árbitro vizcaíno queda marcado por la anulación del gol legal de Rivaldo
José Javier Losantos Omar, natural de Bilbao, casado, vegetariano y que hoy cumple 41 años, tiene cara de chico bueno y modales de no haber roto un plato. Se manifiesta con humildad, en voz baja, y da la sensación de tener siempre controlada la situación. Se diría que es tímido, pero con las ideas claras. Un perfil más apropiado a la profesión que ejerce, la de abogado, que a la pasión que cultiva, la de árbitro, con 76 partidos en sus cinco temporadas en la Primera División y algunas incidencias que definen una personalidad acusada para impartir justicia o repartir injusticias.
Antes de pasar a la posteridad de la Liga con el gol anulado a Rivaldo el sábado ante el Real Madrid, en el partido que sirve de escaparate, Losantos Omar ya había dictado sentencias polémicas sin temblarle el pulso ni mirar el nombre que figuraba al dorso de la camiseta. En mayo de 1999 expulsó a Luis Figo, entonces en el Barcelona, por insultarle en un partido contra el Deportivo. Y lo hizo en el Camp Nou ante el disgusto del portugués, que siempre negó haberse acordado de la madre del colegiado 'porque no era el día señalado para hacerlo', según declaró en alusión a que se celebraba precisamente el Día de la Madre.
Roberto Carlos también chocó con Losantos Omar, que le expulsó en el Valladolid-Real Madrid de la temporada 1998-99 por doble amonestación tras una entrada a Chema. La redacción del acta volvíó a ser motivo de polémica. Si Figo negó haberle injuriado, el brasileño también sostuvo que no había agarrado a Chema. Lo cierto es que la sanción le impidió al defensa madridista jugar el siguiente partido, contra el Barcelona.
Más recientemente, Losantos Omar también se topó con el volcánico Djalminha, al que expulsó, en un encuentro ante el Rayo Vallecano, por insultarle repetidamente: otra vez la madre de por medio. De aquel partido, el brasileño sacó una tarjeta amarilla y una roja en la misma jugada. Aquel día, el Deportivo perdió el liderato de la Liga.
Peor suerte que todos ellos corrió el presidente del Extremadura, Pedro Nieto, condenado a pagar dos millones de pesetas de indemnización al colegiado vizcaíno, al que insultó en un programa radiofónico tras un partido de su equipo contra el Racing en 1996. Nieto no midió ni sus palabras ni la condición de abogado de Losantos Omar, que le denunció en los juzgados.
Jesús Gil, el presidente del Atlético, también cargó sus iras contra él cuando fue designado para dirigir un derby madrileño. En plena batalla contra la Federación Española de Fútbol, Gil consideró la presencia de Losantos en el estadio Calderón como 'una provocación'.
El itinerario de Losantos Omar está lleno de partidos complejos y comprometidos, que, sin embargo, no le han servido todavía para alcanzar la internacionalidad. Árbitro poco dado a las tarjetas -lleva mostrada 388 amarillas y 22 rojas en cinco años- y tendente a la mano izquierda para gestionar los partidos, la cita del sábado podría haber perjudicado su proyección.
No obstante, su arbitraje en el estadio Bernabeu iba camino de una nota alta. Su tendencia a no romper el partido le llevó a controlar las tarjetas, de lo que salieron beneficiados futbolistas como Figo, Hierro o Gabri. Losantos Omar iba cumpliendo hasta que llegó el fatídico minuto 92, cuando hizo dejación de su autoridad y se confió al banderazo de su auxiliar para anular el gol legal de Rivaldo.
Ni siquiera consultó con su ayudante cuál era la infracción que había advertido. Una fe ciega en los suyos que le condujo al fracaso -en el último número de la revista federativa, declara precisamente que nunca ha regañado a un juez de línea si se ha equivocado: 'Cómo hacerlo, si está mejor colocado que yo para decidir, por ejemplo, si ha sido fuera de juego o no. Un partido va tan rápido que no hay tiempo para ninguna regañina'-. En definitiva, en un minuto emborronó una hoja de servicios aseada y se inscribió de forma destacada, junto al fallecido Guruceta por el penalti que pitó a favor del Madrid, en el Camp Nou, por una falta cometida fuera del área, en el historial de agravios azulgrana.
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