Jazztel se quita la máscara
La operadora de telecomunicaciones aclara su estrategia tras un año de cambios y se asegura financiación hasta 2003
El operador de telecomunicaciones Jazztel parece una nueva empresa. Si durante un par de años pudo desconcertar a algún que otro analista, incapaz de adivinar si quería competir con Telefónica por los hogares españoles, convertirse en un proveedor de acceso de Internet, en suministrador de contenidos para este medio o en vendedor de servicios de banda ancha para empresas, parece haber dedicado buena parte del año 2000 a mitigar algunas dudas. Hoy orienta todos sus esfuerzos a crear una cartera de pymes clientes a los que ofrece una autopista propia de 1.731 kilómetros de fibra óptica para hacer más competentes sus comunicaciones, de voz, datos e imágenes. Según sus responsables, siempre ha sido así: 'La estrategia no ha cambiado', subraya su consejero delegado, Antonio Carro, quien lleva el día de la compañía que preside Martín Varsavsky.
Lo que sí parece es que ésta es ahora mucho más clara. Y no en todos los casos por propia decisión de sus gestores. El fracaso en los dos concursos para conseguir una licencia de telefonía de tercera generación (UMTS), en España y Portugal, por ejemplo, les obligó a abandonar la idea de entrar en el mercado de los móviles y en una tecnología en la que, decían los expertos, había que estar. Una opción que barajaron porque 'era casi gratis' -al elegir ambos Gobiernos el concurso frente a la subasta-, asegura ahora el vicepresidente y director financiero de la compañía, Miguel Salís.
El tiempo parece haberle dado la razón, ya que algunas de las ganadoras están ahora atrapadas por la deuda, mientras que Jazztel cuenta con liquidez asegurada hasta 2003, según sus cálculos: 680 millones de euros -514,6 ya en caja y el resto asegurado, con sendos créditos con JP Morgan Chase y Ericsson-, según los resultados presentados el pasado jueves.
La venta de su filial de contenidos en Internet Ya.com a la alemana T-Online, materializada en octubre, es la gran responsable de esa situación. Aunque Jazztel calculaba que se embolsaría 300 millones de euros -100 en efectivo y el resto en acciones- por una filial cuya puesta en marcha le costó 30 millones, la evolución de la cotización de la alemana ha rebajado la cifra hasta 281 millones reales (casi 46.754,5 millones de pesetas). Más que suficiente para afianzar sus recursos y matizar el resultado de la operadora: registró unas pérdidas operativas de 119,7 millones de euros, lo que supone un 40% más que el año anterior. La operación, además, aleja al grupo de las puntocom, hoy a la baja.
Dos años de espera
La venta escalonada de las acciones de T-Online no ha sido el único dato esperanzador de 2000. Los ingresos de la compañía han crecido, al margen de esta operación, casi un 434% hasta los 124,4 millones de euros, por encima de las previsiones de la mayoría de los analistas, pero por debajo de las de Merrill Lynch. Con estos datos, Salís prevé beneficios operativos para la segunda mitad de 2002.
De las cuatro líneas de negocio de Jazztel -acceso directo de banda ancha a través de su red de fibra óptica, que hoy va por la mitad; indirecto, que exige el alquiler de líneas a Telefónica; servicios mayoristas a otras operadoras y de Internet-, Jazztel ha decidido consagrarse a la primera, cuyos márgenes alcanzan el 60%, explica Salís. Hoy por hoy, sin embargo, tan sólo constituye el 5% de su negocio, aún atrapado en el acceso indirecto (68%), si bien este servicio, contratado ya por 1.258 clientes, fue el que más creció en el último trimestre de 2000 (un 144%).
Atrás ha quedado la imagen de los directivos de Jazztel en la primera campaña publicitaria con un mensaje dirigido a los consumidores particulares: una alternativa a Telefónica, cuya cuota de mercado supera todavía el 90% en todos los segmentos. La prioridad hoy son las pyme españolas y portuguesas, sobre todo, y las grandes empresas. Es decir, aquellos que necesitan rapidez y capacidad en sus comunicaciones y que pueden pagar por ellas. Según los cálculos de la operadora, el mercado empresarial genera ya el 56% del negocio de los servicios de telecomunicaciones -el 80% son clientes tipo de Jazztel- y tiene un largo recorrido en España y Portugal, dada la baja penetración de Internet.
Jazztel ha cumplido, pues, sus objetivos, aderezados por una reducción paulatina de sus socios fundadores, tres fondos de capital riesgo, y la entrada de otros como Dragados. La única debilidad aparente a su situación está en la Bolsa. Su acción, que se revalorizó un 3% al día siguiente de la presentación de resultados, cerró el pasado viernes a 13 euros en el Nuevo Mercado, donde aterrizó en diciembre. Pero incluso si alguna operadora echara cuentas y decidiera tentar a la compañía, debería contar con sus directivos, que controlan el 34% de la empresa.
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