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NOTICIAS DE LA EDICIÓN INTERNACIONAL

Novelista, cuentista, hombre de historia

Al morir Arturo Uslar Pietri, tal vez se renueve un viejo debate en torno a su escritura. Hay quien sostenga que el Uslar cuentista sea superior al Uslar novelista. Si no hubiese escrito nunca Las lanzas coloradas , la tentación sería grande de suscribir eso. Pero la afirmación puede sostenerse, saliéndose de los cauces estrechos del análisis puramente estilístico. Porque el desarrollo de una idea, sostenía Borges, le va mejor al cuento que a la novela. O sea, que la novela es una manera de contar más imprevisible.

Al hablar del desarrollo de una idea en un texto, se suele pensar más en el intelectual puro que en el artista puro. Cosa nada fácil porque -otra vez Borges- no es infrecuente que ambas condiciones habiten el mismo recinto.

Como sea, el caso es que, al revés del gran novelista venezolano Rómulo Gallegos, en Uslar el intelectual cubre siempre al creador bruto. Eso es curiosamente paradójico, porque Gallego siempre trata de demostrar una tesis (la lucha entre la civilización y la barbarie, Luz-ardo contra Doña Bárbara), mientras que a Uslar se le ve más pulido, más moderno, huyendo más orteguianamente de didactismos y sociologismos. Pero es así: uno no imagina nunca a Uslar dejándose arrastrar por sus demonios, como un Samuel Taylor Cooleridge escribiendo en un viaje opiogénico su Kubla Khan . Sin embargo, eso no es lo más importante, porque Gallegos tampoco era un romántico ni mucho menos un poeta maldito. Al decir que en Uslar el intelectual cubre siempre al artista puro, se está aludiendo a otra dimensión: sobre su novelística pesa mucho, acaso demasiado, la historia, la que se escribe y la que se vive.

Lo primero hace que sea en nuestro país el primer (en todos los sentidos) cultor de la novela histórica, desde esa misma Las lanzas coloradas , publicada antes de que su larga vida llegase al primer cuarto de siglo.

Como algunos le reprochaban que lo hiciese en política, en su escritura Uslar estuvo permanentemente à la recherche du temps perdu . Buscó tesoneramente reconstruir el tiempo perdido de Lope de Aguirre, el de Juan de Austria, el de Simón Rodríguez, el de los "grandes cacaos" aniquilados en la guerra de independencia, el del cura Carlos Borges y el del propio Uslar desde la muerte de Gómez.

En Letras y hombres de Venezuela acuñó un término que después ha hecho con fortuna su camino, en otras plumas acaso más que en la suya misma: "realismo mágico". Pero en sus novelas se impone siempre la realidad (en este caso la histórica) sobre la magia. Y eso que ningún escritor venezolano de ficción ha estado nunca tan cerca de alguien que encarnaba ambas cosas: en su infancia, Uslar vela casi a diario a un hombre con fama de brujo, pero que como nadie, era la historia. Veía a Juan Vicente Gómez.

Pero la historia no es sólo historiografía. Sobre Uslar pesa mucho, muchísimo, esa historia de Venezuela de la cual él forma parte, se podría decir, genéticamente.

Es más bien extraño que Uslar haya desdeñado seguir en eso los pasos de Borges, que a cada rato hablaba de "la carga de Junín" en su sangre, porque un antepasado suyo estuvo allí. Pero no: aunque descienda de un guerrero, sobre la pluma de Uslar planea el espanto de la degollación de las élites económicas, sociales y culturales en y desde la guerra de Independencia.

Es así como el personaje más aterrador creado por Uslar en su larga carrera literaria sea Presentación Campos. Ésa es la imagen de la democracia venezolana en acto, tal y como la concibe el bajo pueblo y como la desprecian las aterradas élites de todos los tiempos: igualada, parroquialista, sanguinaria y anárquica. Es Boves, es Pedro Camejo, es Farfán y Martín Espinoza. Esa mezcla de terror y desprecio está presente en el Uslar-Álvaro Collado de Estación de máscaras , quien es testigo de la peor especie de ese retoño de la democracia, un Martín Espinoza de corbata, uñas recortadas y maneras suaves. Es Lázaro Agotángel, ese viscoso e imponente parvenu capaz de crecer en la ciudad "como un tumor, como una vejiga inflada, como una bomba de baba..." "Más grande que la familia, que la conveniencia y que la paz".

Al rematar esta nota sobre Uslar Pietri, diciendo que pertenece a la literatura pero también, y como nadie en Venezuela antes que él, a la historia de la literatura, estamos dando a esto último el significado de historia del hecho literario. El primer hispanoamericano publicado por la prestigiosísima editorial francesa Gallimard y en España premio Príncipe de Asturias, Arturo Uslar Pietri acumuló sobre sus hombros más premios, doctorados y otros galardones literarios que cualquier escritor venezolano en toda la historia.

Manuel Caballero es escritor e historiador.

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