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VISTO / OÍDO
Columna
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Temperatura sensible

Cuando escribo, mi Netscape me dice que donde estoy hay cero grados; y que la temperatura sensible es también cero. La noción de 'temperatura sensible' distinta (no en este caso) del termómetro es reciente, aunque se supo siempre: parece menos o más, con la misma medida. Es una concesión a la sensibilidad humana: pero son ellos los que la calculan, y puede resultar tan insegura como la del mercurio. Cuando el hombre dice 'España va bien', a lo mejor, se nota poco.

El individuo: su sensibilidad puede darle una idea de lo catastrófico, incluso de la posibilidad de morir de hambre o de vaca, de uranio o de miedo; o de bomba lapa. Él dice ahora que el cambio político en el País Vasco sólo puede dar miedo a los terroristas. Como yo estoy seguro de que no lo soy, pienso que es mentira: a mí me da miedo que un ministro del Interior español opte a ser presidente de ese país que vive una guerra civil fría o algo más; sobre todo, si es un ministro duro, intransigente y que cree en las soluciones policiacas; sobre todo, si es Mayor Oreja.

Me da miedo que me digan que si no estoy de acuerdo soy un terrorista. La situación de tener miedo al propio Gobierno es conocida, pero no corresponde a un país que conmemora su liberación de los terroristas militares de hace 20 años, que celebra su Constitución inmóvil, su Transición pactada. La temperatura sensible es la del termómetro, pero ¿y el nivel de rocío, y la velocidad del viento, y el grado de humedad? Hubiera querido ser de aquellos Ciudadanos del Mundo que hubo, y que hicieron pasaportes: aparte de que no valieran en ningún sitio, me desesperó que empezaran por otorgar documentos: los 'papeles', que a éstos tanto preocupan y a su ministro del Interior/lehendakari. (Mi libro de estilo dice que es mejor, aunque sólo se utilice, y en cursiva, para una cita: hay que decir presidente vasco. ¡La Academia no dice nada! ¡Qué astucia!). La temperatura sensible para mí de las elecciones vascas es la de fastidio por los espacios en periódicos y televisiones y radios, espacios que debían reservarse para lo importante; la de que puedan ser bombardeadas por los terroristas, con el desprecio habitual de las vidas señaladas y de las de los transeúntes; la de indiferencia por un resultado que dará una temperatura política sensiblemente igual; y la de que el tema de ETA no tiene relación con su resultado. Además de la molestia que me causa el jefe del Gobierno acusándome de un delito horrendo si no pienso lo que él.

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