La cuarta jornada insinúa un cambio en el clásico dominio de River y Boca
En la cuarta jornada de las diecinueve del total, el torneo Clausura 2001 de la Liga argentina refleja una novedad que altera la rutina de los últimos seis campeonatos repartidos entre el River y el Boca, los dos equipos más poderosos del país. Esta vez al menos uno de los dos, seguramente el Boca, no estará en la disputa del título. El entrenador Carlos Bianchi optó por un equipo muletto para darle rodaje a los juveniles en el campeonato local y uno titular en la Copa Libertadores de América. Como Boca ha ganado todo en la pasada temporada, Bianchi tiene crédito suficiente y puede gastar tiempo en consolidar a los nuevos pibes destacados del Boca.
El River, en cambio, que también se vio obligado a rearmar su equipo después de los traspasos del media punta Aimar, el delantero centro Ángel y otros titulares, está necesitado de triunfos para compensar las derrotas sufridas ante el Boca y se le nota en la ambición con que juega. Pero esa desesperación por el triunfo es a la vez su principal enemigo. Colgados del River aparecen equipos como el Colón y el Unión, los dos de la provincia de Santa Fe, que se hacen fuertes en su territorio y han logrado formar conjuntos sólidos con jugadores jóvenes y de calidad. Queda por saber qué otro equipo se apunta a la carrera. Hasta ahora, la mayoría ha tenido actuaciones irregulares, alternando buenos y malos momentos de juego. Es la consecuencia lógica del ascenso de tantos pibes a primera división y del escaso tiempo de preparación que han tenido los entrenadores.
El pasado domingo, Boca y River padecieron por igual en sus duelos contra los dos equipos de la ciudad de Rosario, el Central y el Newell's. Fue agónico el empate 2-2 del Boca, conseguido en casa y en el último minuto frente al Newell's, y fue heroico el 1-1 del River en Rosario y con un jugador menos dentro del campo por la expulsión de su medio centro y capitán del equipo, Leonardo Astrada. Pero ninguno de los dos jugó bien. El River venía como un tren desde el comienzo del torneo y de su participación en la Copa Libertadores de América, con el chapulín Cardetti marcando goles en todos los partidos. Pero la máquina se paró frente al Rosario Central cuando a los dos minutos de juego Pizzi marcó de cabeza. El juvenil portero Constanzo, que reemplazó a Bonano, el titular, y se quedó con el puesto desde que comenzó el campeonato, salvó al River de una goleada y le dio aire para que se recuperara después de la expulsión de Astrada. El Rosario Central perdonó demasiado, se consumió en su propio fuego y cuando el River alcanzó el empate tras un afortuando disparo del burrito Ortega que se desvió en un defensa, ya no había tiempo para más.
El Boca muletto integrado por apellidos nuevos como los de Imboden, Burdisso, Arce, Omar Pérez, Javier Villarreal y Gaitán, entre otros, juega bien pero sin Riquelme y sin delanteros potentes, no alcanza definir los partidos que domina en juego.
Del resto se destaca el Racing de Avellaneda, último en el torneo anterior y en zona de descenso si no suma puntos en el actual, que sólo con la incorporación de dos jugadores, Rueda y Estévez, que regresó del Racing de Santander, y un entrenador, Carlos Mostaza Merlo, ex jugador del River, armó ahora un grupo joven, consistente, solidario y corredor, que le mantiene en la mitad de la tabla.
Anoche (hora local) se disputaba el último partido de la jornada entre el Estudiantes, que marcha último, y el Unión, que de ganar sería líder en solitario. Los resultados fueron los siguientes: Talleres 4-Huracán 2, San Lorenzo 2-Belgrano 0, Chacarita 2-Racing 2, Independiente 2-Lanús 1, Colón 2-Vélez 0, Los Andes 1-Almagro 1, Argentinos Juniors 2-Gimnasia y Esgrima 1, Rosario Central 1-River 1, Boca 2-Newell's 2.
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