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El Ejército indonesio desoye las órdenes de su Gobierno para detener las matanzas de Borneo

Una semana después de que miles de dayaks (conocidos como los cortadores de cabezas) se lanzaran a las calles de Palangkaraya, en la isla indonesia de Borneo, en persecución de decenas de miles de madureses aterrorizados, después de cientos de muertos, más de 10.000 huidos y otros 25.000 civiles colapsando los puertos a la espera una evacuación salvadora, el Gobierno central ha prometido utilizar al Ejército. Sin embargo, un corresponsal de la BBC en la zona aseguró ayer que los soldados siguen haciendo nada o muy poco por detener la matanza de madureses, musulmanes tildados de extranjeros por los dayaks.

Miles de personas emergieron ayer de las selvas de Borneo, en las que se habían escondido, con la esperanza de escapar con vida de la isla. Muchos de los refugiados se amontonan en comisarías de policía y edificios del Gobierno, desde donde realizan llamamientos constantes de ayuda.

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En una semana, guerreros dayaks han recorrido con total impunidad las aldeas machete y hacha en mano decapitando a los que consideran sus enemigos. No respetaron sexos ni edades. Las cifras oficiales apuntan 270 muertos, pero Qomaruddin Sukhami, trabajador humanitario en Palangkaraya, asegura que la cifra será imposible de calcular. 'El problema es que muchos cadáveres han sido arrojados al río (...). Estoy por ahora centrando mis esfuerzos en los que están vivos; ya dejé de contar muertos'.

La crisis de Borneo ha provocado una fuerte polémica en los círculos políticos de la capital, Yakarta, donde muchas son las voces que critican al presidente, Abdurrahman Wahid, por no haber suspendido su previsto viaje a Oriente Próximo nada más escuchar las primeras noticias. El Gobierno envió ayer 650 soldados del denominado comando estratégico, cargados de alimentos y medicinas y con órdenes de controlar la situación en tres días.

El temor de las autoridades locales es que estas matanzas, concentradas sobre todo en Palangkaraya, se extiendan a otras zonas de la isla de Borneo.

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Un grupo de refugiados madureses llega ayer al puerto de Surabaya, tras huir de las matanzas cometidas por la etnia dayak.
Un grupo de refugiados madureses llega ayer al puerto de Surabaya, tras huir de las matanzas cometidas por la etnia dayak.

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