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El Madrid evita con éxito las roturas musculares

Diego Torres

El Madrid vive una época de relativa calma en la enfermería. Frente a la temporada pasada, en la que se registraron hasta seis roturas musculares, el presente ejercicio no cuenta este tipo de infortunios, generalmente relacionados con la mala preparación física -por defecto o por exceso-. El preparador físico del equipo, Javier Miñano, dice que esta mejoría obedece, entre otros factores, a 'un cambio en las pautas de entrenamiento'. Ahora la preparación física la aportan los dos partidos a la semana, el de Liga y el de Liga de Campeones.

El Madrid ha reducido los entrenamientos físicos y los ha limitado a la recuperación muscular entre el partido del fin de semana -Liga- y el de mediados de semana -Copa de Europa-. Después de cada encuentro se produce lo que Miñano llama 'periodo de entrenamiento de riesgo' y antes de cada enfrentamiento se hace una práctica de menor intensidad. El resultado, al conceder un día libre a la semana, es que no quedan jornadas para realizar sesiones intensivas. 'Los dos partidos por semana son un filtro que garantiza la mayor exigencia física posible y más', dice el técnico; 'la verdadera dificultad es garantizar el estado de forma del que no juega'.

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'Hace dos años', prosigue Miñano, 'en todos los equipos se planteó algo nuevo porque nadie se había enfrentado a estas temporadas que comienzan con dos partidos por semana. Antes la preparación tenía lugar en periodos más largos y muy exigentes. Ahora se concentra en el comienzo de la pretemporada y se orienta para lograr una buena forma a corto plazo. Las semanas con dos partidos desde el inicio de la temporada han variado la dinámica de los entrenamientos. Ahora el periodo de recuperación entre encuentro y encuentro adquiere muchísima importancia porque es la propia competición la que marca las pautas de entrenamiento'.

En el verano de 1999 el galés John Toshack no sólo se ocupó de los entrenamientos sino de una preparación física que resultó perjudicial para la plantilla que afrontó por primera vez, de manera simultánea y desde septiembre, la Liga y la Liga de Campeones en su modalidad actual. En noviembre de 1999, el Madrid contabilizaba cuatro lesiones musculares graves, frente a dos del Barcelona. La llegada de Del Bosque al banquillo puso término a un régimen que tenía a los jugadores en estado de alarma. Del Bosque nombró a Javier Miñano, un especialista, y de momento los datos reflejan una mejoría. Hay menos lesiones, la mayoría relacionadas con traumatismos, y, salvo la osteopatía de pubis de Flavio Conceiçao -que le ha restado cinco meses de competición-, todos los casos son bajas de menor duración.

'Esta temporada, y no sé si es debido al factor suerte, estamos mejor', dice el técnico. 'Influye todo. Incluso los buenos resultados deportivos y la confianza del equipo. Toco madera'.

El año pasado, Anelka, Savio, Raúl, Morientes, McManaman y Redondo sufrieron lesiones musculares y se sumaron a las lesiones por traumatismos de Guti, Geremi, Balic, Illgner y Julio César. Entre todos sumaron cerca de 30 semanas de baja.

Esta temporada no ha habido roturas fibrilares. Hierro, a quien se situaba en pleno declive físico, sólo ha sido baja por una gastroenteritis. Actualmente, Morientes padece una pubalgia que no le impide jugar pero reduce su rendimiento. El inglés McManman sufre una contractura -podría perderse el Madrid-Barcelona-, e Iván Campo una fractura.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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