El Animal ataca otra vez
Edmundo, recién llegado a Nápoles, ha sido multado con seis millones de pesetas por insultar a su técnico
Hay jugadores para quienes la polémica es como una necesidad fisiológica. No se aguantan; quizá disimulan por un rato, pero al final la naturaleza los traiciona y, sin remordimientos, dejan su sello. Así le sucede al delantero brasileño Edmundo (Nápoles), más conocido por el apropiado apodo de El Animal, que ya hace mucho le adjudicaron en su tierra natal. La semana pasada no pudo con su genio y mandó a un lugar irreproducible a su entrenador, Emiliano Mondonico, cuando éste lo sustituyó al quedarse el equipo con un hombre menos por una expulsión.
La colorida frase se dejó leer claramente en los labios del colérico jugador brasileño, que acompañó sus palabras con el inequívoco gesto de levantar el brazo izquierdo por detrás de su cabeza, como señalando la dirección del camino que debía, supuestamente, emprender Mondonico. Las imágenes del hecho, el partido era televisado, fueron como es natural, ampliamente comentadas, y sobre todo comparadas con el precente que el mismo Edmundo había sentado, cuando jugaba para el Fiorentina y el destinatario de su ira fue el técnico Giovanni Trapattoni, hoy seleccionador italiano.
El Nápoles, con embarazo evidente, intentó solucionar las cosas consiguiendo de parte de Edmundo una disculpa más o menos oficial, que adjudicase a los calentura del partido, la culpa de aquellos insultos. El Animal, sin embargo, prefirió la línea dura, es decir, ninguna disculpa. Silencio y nada más. Fue entonces cuando el Nápoles decidió castigar a su indisciplinado atacante solicitando a los órganos federales el permiso para imponer una multa a Edmundo por una cifra cercana a los 35.000 dólares (unos seis millones de pesetas). Suma sensiblemente inferior a la que se suponía en un primer momento y que, según algunas versiones, podría haber alcanzado los 150.000 dólares, (un tercio de los 450.000 -unos 75 millones de pesetas- que percibe mensualmente).
'Sambódromo'
En todo caso Edmundo no parece preocuparse demasiado ni las por multas, ni por las grietas que su relación con Mondonico podría sufrir. Es más, desde Brasil llegan voces que aseguran que su nombre figura inscrito entre los 5.500 que desfilarán en el sambódromo del carnaval de Río.
Si esto sucediese tampoco se trataría de una novedad, ya que en 1999, cuando Edmundo militaba en el Fiorentina (que por aquel entonces marchaba al frente de la Liga y había perdido a Batistuta por una lesión), no tuvo ningún reparo en tomarse unos días para bailar en los carnavales de su país.
Pese a su fama de polémico, Edmundo (28 años) llegó recientemente a Nápoles avalado por cifras interesantes. Aún ostenta récords importantes del fútbol brasileño, conseguidos todos en 1997: mayor cantidad de goles en un campeonato (29), mayor número de goles en un solo partido (6) y el gol más rápido (30 segundos). Pero lo cierto es que Edmundo, quien desde el punto de vista futbolístico aún no ha logrado despegar en esta su nueva etapa italiana, aunque marcó ayer su primer tanto -que no alcanzó para evitar la derrota ante el Bolonia (2-1)-, es un personaje insoslayable, que provoca adhesiones incondicionales y odios permanentes. Un personaje tan variopinto que en el portal oficial que tiene en Internet puden leerse cosas de este calibre: 'Genio indomable, con su instinto salvaje Edmundo es pura seducción'.
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