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Entrevista:JOSÉ RAMÓN S. MORQUILLAS | ARTISTA

'Desde el punto de vista del arte, ARCO no significa objetivamente nada'

El artista José Ramón S. Morquillas nació en Barakaldo en 1947. Ha vivido en Italia. Reside en Bilbao. Son numerosas sus exposiciones personales y aún más las colectivas que jalonan su carrera artística. En sus perfomances existe normalmente un componente provocador, que va unido a textos suyos de altísimo tono supercrítico. Asegura que para no normalizar la anomalía, tiende al exceso, tanto en el silencio por aburrimiento, como en la exageración de los sueños. Es uno de los artistas vascos que posee una mayor y más completa información de lo que se ha dado en llamar mundo del arte.

Pregunta. ¿Cómo definiría la última feria de ARCO?

Respuesta. De muchos colorines.

P. ¿Es una constante que cada artista persiga ser diferente a los demás?

'Casi no me ofendo por nada. Lo único que me ofende es que a quien quiero no me entienda'

R. Sí, y lo es por miedo a parecerse a los demás, y luego está ese otro miedo, como es el miedo a la escasez en la relación con el trabajo.

P. ¿Los que utilizan las últimas innovaciones tecnológicas creen estar por encima de todos los artistas?

R. Eso lo puede saber por usted mismo, cuando trajo a los artistas cinéticos en su antigua galería, que parecían entonces el culo del mundo, por decirlo de forma gráfica y rápida. Y pasó y hasta fracasó. Las técnicas actuales son simplemente como una extensión del lápiz, en general. Lo que sí existe es una cierta apariencia por deslumbrar. Las técnicas digitales se pueden vincular a determinados trabajos, siempre que no los machaquen, porque, en general, es muy fácil trabajar con el photoshop o con el sistema de filtros y hacer piezas más o menos divertidas. El problema es cómo, por qué, para qué, y por qué las dejan estar ahí. Dar respuesta a ese tipo de preguntas es lo importante.

P. ¿Se lucha contra la idea que se ha formado la mayoría en torno a la definición del arte? ¿Todo puede convertirse en arte? ¿Esta sería una manera radical de desacralizar el arte?

R. Sí, todo podría ser arte, en la medida que genere pensamiento. Si sólo crea formas, creo que se queda escaso, tanto socialmente como a nivel individual.

P. ¿Es el arte quien vence a cada artista por separado o es al revés?

R. Son las instituciones sociales, que, por propia definición y para desgracia de la sociedad, son conservadoras. Eso es, quizá, lo que vence al arte hoy.

P. Para volver a ARCO, ¿no sería mejor darle un tiempo al arte, para hacer que esa feria fuera bienal o trienal, y así paliar esas compulsivas ansias de tragarse todo velozmente?

R. Desde el punto de vista del arte, ARCO no significa objetivamente nada. Tiene una importancia real y sólida desde el punto de vista del mercado. El problema de ARCO es tangencial al mercado y no es tangencial al arte.

P. ¿Cómo le ha ido la feria a usted?

R. Bien. Han salido unas cuantas ventas y, sobre todo, han salido una serie de exposiciones importantes.

P. Unos porque han vendido mucho, otros porque los críticos hablaron de ellos, otros porque la prensa los trató muy bien, otros porque han contactado con coleccionistas, otros porque su stand ha sido muy visitado,... ¿No pasa con esto como con las elecciones, en las que todos los partidos políticos aseguran haber ganado, y ninguno se siente perdedor?

R. Sí, eso es cierto. Siempre existe una idea de manipulación, que puede ser incluso útil como sistema de proyección en función de un objetivo.

P. ¿Esa necesidad de estar en la palestra cada año no resta energías a la hora de concentrarse en la propia obra?

R. Es una paradoja eso. Pero tiene su lado válido, ya que es un problema que afecta a la gente que tiene sueños, expectativas y esperanzas con relación al arte.

P. ¿Para cuándo una exposición suya de todos los trabajos construidos hasta la fecha?

R. Para mí ahora es un momento muy importante, no tanto por mi trabajo, que eso hasta lo puedo subvalorar, sino por la situación social que se atraviesa en Euskadi, con los cambios de directores de museos, donde hay un montón de noticias mezcladas, desde que hay problemas en la campaña porcina, hasta lo del alcalde Gulliani con el arte degenerado y otros etcéteras... Me interesa mucho esa recopilación de mis trabajos, porque significaría un punto de agitación, en primer lugar para mí mismo, y en segundo lugar, por provocar un punto de inflexión para recuperar un mayor grado de libertad, una mirada más atenta, una mirada más libre.

P. ¿Encontraremos en esa futura exposición una especial preponderancia por posicionamientos ideológicos?

R. Sí, eso es clave. Para mí el arte es ideología, haga lo que haga. La pregunta fundamental es enfrentarse no a por qué se hacen determinadas cosas, sino por qué a uno le dejan estar haciendo determinadas cosas.

P ¿No se ofende cuando le tildan de artista conflictivo y hasta pendenciero?

R. Ah, no, en absoluto. Yo casi no me ofendo por nada. Lo único que me ofende es que a quien quiero no me entienda. Y poco más. Mucha gente puede decir lo que quiera. Otras veces dicen lo contrario y ni me agrada ni me ofende.

José Ramón Morquillas en su casa de la Plaza Nueva de Bilbao.
José Ramón Morquillas en su casa de la Plaza Nueva de Bilbao.SANTOS CIRILO

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