Mayor cree que la caída de Txapote marcará el futuro de ETA, que está 'descontrolada'
Mayor expuso tras el Consejo de Ministros de ayer su análisis sobre las consecuencias futuras de la detención del ya ex jefe militar de ETA y capo de los comandos y del atentado perpetrado por la banda frente al apeadero de Martutene, dos hechos que, dijo, 'tendrán una marcada influencia en el futuro'. 'Las acciones y el historial de Txapote', explicó, 'han marcado una etapa decisiva en ETA, aunque quizás él no sea consciente'. Mayor afirmó que hasta el momento de su detención, García Gaztelu 'recibía y despedía a los comandos'. Es más, los comandos Andalucía, Barcelona, Vizcaya, Madrid y Basurde (el que intentó llevar dos furgonetas bomba a la capital de España) 'los envió él'.
Mayor subrayó que el historial de Txapote 'lo dice todo': 'Hay dos etapas en su vida, una como miembro del comando Donosti que mató a Gregorio Ordóñez, Fernando Múgica o Miguel Ángel Blanco', y otra que comenzó, precisamente, con el crimen de Blanco y la liberación del secuestrado José Ortega Lara.
'Salto cualitativo'
Fuentes de la lucha antiterrorista recordaron ayer que Txapote inició la campaña de asesinatos de ediles del PP e 'impuso a la banda esa estrategia de atentar contra concejales o periodistas, lo que fue un enorme salto cualitativo'. Estos medios recordaron, no obstante, que fue secundado en esa línea por dos etarras de los más duros: Soledad Iparragirre, Amboto, y Jose Antonio Olarra Guridi.
El titular de Interior comparó la detención de García Gaztelu con anteriores golpes a la cúpula de la banda. 'Igual que ocurrió en 1992 con la caída de Bidart [del colectivo Artapalo dirigido por Francisco Mujika, Pakito], hoy puede decirse que tras la caída de Kantauri [José Javier Arizkuren, en marzo de 1999] y la de su sustituto Txapote, acción que estuvo precedida por la detención del número uno de ETA, Iñaki de Rentería, los ciclos de detención se van acortando'. Eso se traduce en que si después de Bidart se tardó siete años en dar el siguiente golpe a la cúpula, ahora, en menos de dos años, se han dado tres. 'Eso demuestra una tendencia de fortalecimiento del Estado de derecho' y algunas cosas más: 'Que la lucha antiterrorista está en el buen camino, que se puede desarticular a ETA y que quienes dijeron que desde el Estado de derecho no se puede combatir eficazmente a ETA se equivocaban'.
El ministro insistió en que la detención es un golpe importante 'y ETA lo sabe'. Mayor aseguró que las pesquisas se centran en descifrar la agenda encriptada requisada a Txapote, un documento que 'seguirá dando frutos en el futuro'. La agenda contiene citas ya mantenidas, otras que ya no se celebrarán, teléfonos y nombres. Fuentes policiales negaron anoche las informaciones que indicaban que Txapote iba a entrevistarse mañana con Olarra Guridi, coordinador de la estructura etarra, en Anglet. 'No se sabe porque no se entienden las anotaciones', dijeron. Agentes de la División Nacional Antiterrorista francesa trabajan sobre esa agenda, junto al Cuerpo Nacional de Policía. La operación siguió ayer con la detención en su casa de María-Idoya Manterola, de 39 años, compañera de Stephane Robidart, detenido junto a Txapote, según informó en Roma el director general de la Policía, Juan Cotino.
'Brutalidad y chapucería'
El ministro destacó que el atentado del jueves en San Sebastián confirma una tendencia de ETA, caracterizada 'por la precipitación y la brutalidad' y también por la 'chapucería'. 'En Martutene, asesinaron a quien no querían asesinar, lo que demuestra que ETA no tiene control', abundó. Ese 'descontrol' estaría incrustado en el comando Donosti, autor del atentado del jueves y de la voladura del centro de menores de Zumárraga. 'El Donosti es el buque nodriza de ETA y el más extremo', pero el asesinato de dos obreros cometido por alguno de sus miembros 'puede llevar a gente a darse cuenta de que ETA está descontrolada' y 'a una profunda reflexión'.
El ministro no se pronunció sobre qué hará ETA ahora, ni sobre si estaría planteando otra tregua (la última duró 14 meses, entre septiembre de 1998 y diciembre de 1999), ya que operativamente está en una situación similar a la de antes de la anterior. 'ETA no se ha terminado ni podemos decir que esté débil mientras pueda matar. Yo no sé qué va a hacer ahora ETA'. Fuentes de la lucha antiterrorista destacaron que el atentado de Martutene va a abrir un debate interno. 'Ahora han puesto una bomba indiscriminada, algo que antes no hacían en Euskadi'. La detención, además, les obliga a 'revisar qué parte de su estructura se ha quemado'. ETA conserva su aparato de suministro de armas y puede disponer de los comandos Madrid y Donosti. Y ahora intentará sustituir a Txapote. Olarra Guridi tiene todas las papeletas.
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