'Nunca he perdido un minuto en pensar sobre qué voy a escribir'
En Caminar de noche, la cuarta novela de la periodista y novelista Enriqueta Antolín (Palencia, 1941), un hombre joven desgrana su vida, marcada por la irrupción en su adolescencia de un tío, un fotógrafo alcoholizado y homosexual, recién llegado de Latinoamérica. Desde la habitación de su casa en un pueblo palentino, reviven juntos las aventuras por tierras americanas, mientras el joven se acerca a mundos hasta entonces desconocidos.
Pregunta. ¿Caminar de noche tiene más de novela de viajes o de amor?
Respuesta. Decir que es de viajes podría llevar a confusión porque nadie hace el viaje, se está contando. El viaje es siempre un símbolo. A los verdaderos viajeros les gusta viajar porque les ayuda a descubrirse a sí mismos: se ponen ante circunstancias o personas que nunca pensaron conocer. Con el amor ocurre igual: es también un viaje que te puede llevar a lo temible e incluso a la muerte.
P. ¿Cómo surge esta obra?
R. A mí todas me surgen de dentro. No sabes de dónde salen las ideas, porque las tienes dentro y brotan en el momento oportuno. Yo apunto cosas, aunque no sepa ni por qué. Hasta que te das cuenta de qué historia quieres contar. Nunca he perdido un minuto en pensar sobre qué voy a escribir. Hoy ya sé cuál va a ser mi próxima novela.
P. ¿Qué diferencia hay entre caminar de noche y caminar de día?
R. Por el día todo se ve, sabes dónde pisas, evitas peligros. Caminar de noche es todo lo contrario: puedes caerte, no se ven los peligros, estás solo... Pero es también explorar las zonas oscuras, mirar dentro de ti, ver una cara distinta a la que ven los demás.
P. ¿Hay algo autobiográfico en esta novela?
R. Ninguna novela mía es autobiográfica, pero en todo novela hay autobiografía, hasta en las de ficción. En esta novela ningún personaje es autobiográfico, pero seguro que hay algo de translación de alguien que he conocido o de mi misma. Pero es que todos somos un poco los demás, somos enormemente intercambiables.
P. ¿Cómo se documenta para escribir?
R. Primero me documento sobre el lugar donde ocurre la acción; después, sobre la época: las ropas, las casas, el modo de hablar, las costumbres, y lo llevo hasta el extremo de que si hablo de un día concreto de un año determinado y digo que, por ejemplo, nevó, es porque ese día nevó realmente. Es como si hiciera un escenario absolutamente realista en una obra de teatro, y luego la acción fuera ficticia. Es un juego que me interesa literariamente.
P. ¿Qué escritores le inspiran?
R. Cuando me preguntan algo así sólo nombro a Francisco Ayala, al que tengo la fortuna de conocer bien. Es el escritor español más importante de este siglo. Pero no me ha influido en cuanto a la forma de escribir, sino en cuanto a sentir la literatura como un arte verdaderamente serio.
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